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dios
y
estuuieron por algunos dias cercados, dan–
doles terribles
y
grandissimos combates, que falto
poco para tomar la casa a fuer«i;;a de armas, por–
que estuuieron presentes en estas peleas
y
refrie–
gas Cacama, Axayacatzin, Cuytlahuyeatzin
y
Quac–
temotzi~,
que eran todos quatro sobrinos de Mon–
tezuma. Estos quatro señores como vieron repar–
tidos a los xpianos, que los vnos eran ydos a la
Vera Cruz
t
y
los otros quedaron con Montezu–
ma, tuuieron creydo que facilmente los vence–
rían; especialmente Cacama, que desseaua en gran
manera soltar a su tia que estaua preso, mas en
estas contenciones fue muerto con una jara que
vn soldado le tiro. Viendo Quactemotzin que era
gran sacerdote, que su primo era muerto, dixo a
todos los yndios que el dios Sol
y
los <lemas dio–
ses le auian dicho que no cesassen de pelear
y
de combatir la casa, porque ellos vencerían a los
xpianos,
y
que soltarian al gran Señor. Y ellos lo
hizieron assi, que días y noches combatieron
brauamente la casa fuerte, en donde murieron
muchos yndios mexicanos,
y
muchas yndias que
pelearon valientemente en favor de sus maridos,
y
assi hallaron despues algunas dellas muertas, y
de los amigos de los españoles, que pelearon
animosamente, murieron muchos. Hernando Cor–
tes supo en el camino como toda la cibdad estaua
al«i;;ada contra todos los xpianos, de lo qua! le
peso en gran manera, y por esto se dio mucha
priesa a caminar con mili hombres de a pie y con