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ciento de a cauallo, todos los quales yuan muy
bien armados. Los yndíos le salieron al encuen–
tro, en donde el gran Cortes y los suyos pelearon
valientemente y mataron muchos millares de yn–
dios, y a los <lemas vencieron y los
hi~.ieron
huyr,
y luego adobaron los puentes que los yndios auian
quebrado, y passaron todos hasta que llegaron a la
casa fuerte, en donde fueron muy bien rescebidos.
Despues Pedro deAluarado dio cuenta aHernando
Cortes de todo lo sucedido con los. mexicanos, y
el le reprehendio asperamente por lo que aufa
hecho, que cierto estuuo en vn tumbo de dado
de ser todos presos o muertos, y Montezuma
puesto en ·libertad: Contaron despues los cercados
al gran Ca_rtes, de los muchos y grandes comba–
tes que los . mexicanos les auian dado, affirmando
que muchas vezes auian visto al Señor Sanctiago,
principalmente a Nuestra Señora, que peleauan
por ellos y
1.esauian sido muy faborables. Y los
yr:dios dixero n despues de ganada la tierra, que
ellos los au ian visto, porque dellos no se podian
deffender, porqu e vna muger de Castilla muy
hermosa,. que es taua junto a ·Ja puerta de la ca,sa
fuerte, los cegaua con tierra q ue les
h~chaua
en
los ojos, y que el de a cauallo los mataua con
la espad a, y que si no fuera por ellos, los xpianos
fueran muertos y Montezuma puesto en libertad.
Con· la entrada de Co rtes se assossegaron vn poco
los yndios, que no se atreuieron a tomar las ar·
mas porque Montezuma les mando que las dexas-