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trnr en ell a, camino días y noches por los pueblos
de los yndios
y
se dio muc ha priesa quanta pudo
por alcanc;:a r a los co ntrarios. En fin, por mucho
que anduuo. no pudo alcan c;:a r a ningu no de los
Mendoc inos, porqu
lle uauan Jos caua llo
holo·a–
dos y descansa dos, ni me nos se que do a tras a lg uno
deJl os de cansado. Tuuie ron enlendido los soldado
Mend ocinos qu e s i Di ego Centeno los a lcanc;:aua,
qu e luego a la hora los a ui an de a horcar, y por
e te r eze lo, o porque tenian entonces pues ta su
fid elidad y afficio n en e l tirano y en A lonso de
Ie ndo c;:a, por e l qua l cr eyan los solda dos qu e Gon–
c;:alo Pi c;:a no les aui a de da r de comer en la tie rra ,
de las sobras que auia;
y
I
or es las causas no e
qu edo nin g un o. Y por otra parte Alonso de Men–
do c;:a, por no perd er a nin g uno de los suyos, cami–
nau a noches y di as y end o en la r e taguardi a s in
para r , porque bien sabia qu e s i Di ego Centeno lo
alcanc;a ua qu e Lope de Me ndoc;:a lo au ia luego de
matar. P orqu e dezia e l dicho Lope de Me ndo c;:a
mu chas vezes , que no auia de au er nin g un Menc:lo -
, c;:a traydor en la ti e rra , porque si'lo uvi esse lo auia
de qu e ma r bino s i a s u ma nos viniesse, y assi quí-
o con su relirada asegura r u persona y vida co n
la ele su soldados. Pues con esta prie a ll ego a l
pueblo de Chocuy to, que es ele Su Mag-es ta d , en
br e ue dí a , muy cansado y fa lig-ado del la r g o ca–
mino que auia lleuado, au nqu e muy consolado de
no aue r se le quedado a tra ninguno ele los uyos.
Diego Cent eno, como ten ia gran de
eo de lo al–
canc;:a r , ca min aua noc hes
y
día , como queda di–
c ho ,
y
a s i yendo en su se ru imi ento ll ego a l dicho