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fueran dos,

para hazello e tauan ya mucho car–

pinteros

calafates, p1·esto , con todo

los mate–

riales necesarios, par::i que en poco dias se hizie–

sse, y con este r ecaudo e venia de P opayan hasta

llegar a vna jornada del puerto. Toda esta co–

sas con otras muchas di xo Guillermo Yre , estran–

g·ero, que assi se llamaua, que era espia del Gene –

ral Vela Nuñez, y otra E'._sp ia llamado Jua n Ladri- .

llero, e pañol, que se a uia qu edado a tras, que no

auia a un llegado a l puerto. A este primero auian

ernbiado

ade l a nt~

para que vie se lo que en e l

puerto auia ,

como el fue preso con los demas

no boluia ning uno dellos-, tuno entendido Vela Nu–

ñez que todo es ta ría seguro,

ass i se veni a a l

puerto muy segu ro y descuydada mente. Assi como

Hinoj osa supo la ve nida de Vela

uñez y por no

perder coyuntura tan buena , embi o lueg·o a l capi–

tan Juan Alonso P a lomino cun sesen ta ar cabuze–

ros,

corno er an dos caminos que a l puerto yuan

embio otros tantos so ldados por el otro camino,

porque no los herrasse n sin los prende r a todos.

Por e l vn camino veni a Vela Nuñ ez al puerto con

dertos hombr es y lle uaua consigo al hijo de Gon–

c;:alo Pic;a rro, y por el otro venía n los leales capi–

tanes Ródrigo Mexia y Juan de Saauedra con otros

soldados leales, los' guates lleua uan por

de l~nte

muchos yndios la tablac;:on qu e di cho tenemos . Los

capitanes del tirano se puss ieron cada vno de llos

en su parte y lugar, que no fueron sentidos, por–

que la otra espia encontraron con el

lo prendie–

ron y ellos se pussier on en celada, y vini endo los

vnos y los otros fueron acometidos r epentinamen-