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nos de robos y ma les, y no e l Goue rnador ni las
justicias de la c ibda d; y a s i dixtron otras muchas
cosas de escarni o, de que P edro de Casaos lo sin–
ti.a bien a unqu e lo dissimulaua con mu.r
gent.ilp1·u–
dencia, que no le cali a hazer otra cosa por e l tiem–
po en que se h a ll a u a. Ya que e l GoL1ernador los
quissie r a ..b.echa r con violenci a fuer a de la cibd :.td,
no pudiera p or dos effectos: el v no, era porque
e r a n solda dos·· de l Visorrey, y lo otro porque
luego se dixe r a -qu e er a vno de los tiranos y affi–
cionados de Gonc;alo Pi<;:arro. A unque e l Go ue r–
n a dor a ui q manda do que se
fu ess~n
d e la cibdad,
a ui a lo h echo ta n solam e nte por los a medrenta r y
pone r ll1i edo y esp a nto y porque no hi ziessen mas
daños y m a les de los que a ui a n h echo , porque ya
todos los v e zinos no los podia.n sufrir porque a n–
dauan mu y desuer g orn;:ados.
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