169
vn punto mando con gran pres teza mat:char a los
suyos por llegar temprano a la villa, y assi lo hi –
zieron todos. Ya que u vieron llegado a la villa
y
e stando todos aun a cauallo, dixo el tirá no a su
Maestro de campo de como queria embiar a juan ,
de Acosta con doscientos hombres de a cauallo y
arcabuzeros tras el Visorrey, que le di xesse lo qu e
haria en e l casso; y e l r espondio que estaua muy
bien acorda do, que a el le paresc ia muy bien, ca
e l auia querido tomar la mano para lo haze r . Gon–
<;alo Pic;:arro le pregunto de qu e ma ne r a lo_pen–
saua hazer; respondio:
yo lo pienso de toniar como
en red barredera, porque no se me escape tan
solo vn hombre,·
a esto le dixo e l tirano que si assi
lo hazia que tuuiesse entendido que te nia e l juego
ganado. Prosig uiendo e l tirano su camino mando
a Franc isco de Ca r auaj a l qu e tomada la·gente que
u viesse menes te r caminasse sin ningun r eposo
toda la noche, y que si por ventu'ra lo a lcanc;:au a
que en todas m aneras lo prendi esse y se lo tru–
xesse biuo o muerto,
y
en lo ql1 e toc aua a los
sol~
dados que hiziesse dellos lo qu e mejor pudiesse y
- le paresciesse. Y si por ventura no podia hazer lo
vno ni lo 9tro, que hiziesse de tal ma nera que to–
rnando la delante ra de l camino que los entre–
tuuiess~
en alg unos ma los passos en e l entreta nto
que e l llegaua co n todo e l exe r cito , porque enten –
dia caminar luego tras el por tomar a l Visorrey en
medio . Despachado Francisco de Carnuaja l, luego
escr iuio a Hernando Bachi cao para que de Tum–
bez se fu esse haz ia la cibdad de Quito con la a r–
mada, por e l pue rto que llama n Chimboboca, para