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gente prometiendol es grand es pagas y socorros y
de c; ome r e n la ti erra, y que no hi ziessen casso' d
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Visor rey ni de sus ma ndami e ntos. Qua nd o vino
á
n oticía de l V isorrey e l mal sucesso qu e a l capi–
ta n Gonr;alo Día
de Pereyra le auia aconteci–
do, le p eso en g r a n maner a, por lo qual de termino
d
le v engar la mue rte que
le
auia n dado, y
pa r a hazer esto
a li o del pu eblo el e Cáxa muy
secre tamente, a unque con mucha pri e a y a
g r a nel es jornadas , en busca de los enemi g os , y
llegaron c erca de l pueblo de Chincha-rara, en
cl ond
se le passaron .ciertos corredores que los
pi <;a rristas aui :rn embia do a saber de l Visorr y.
Los capitanes que el Visorrey ten ia en su r eal
e r a n: Jua n V e lasquez V la Nut'í.ez, qtie lo auia em–
biado a llamar; Don
lon so de :Mo11temayor, Ro–
dri ~·o
ele Oca mpo_, G rnnimo de la S erna, Ga pnr
Gi l,
Fra nd
co H crn ancl ez Giron, J uan P er ez de
Ve r g;a ra , Di ego
el
Ocampo y e l allerez general
Alo nso de L c rma, [y e l] S?- rgento ma _yo1- Ju a n de
aa ued ra , c:o n ot r os olfic i<1 les y m:rndone que h izo .
Assí como e l Visorrey y los que yu:rn con el lle–
ga r on junto a las ti endas de los nemi gos,
y
como
haz ia ln nocl1e esc ura, di er on con g r:rn ympetu so–
b r e e ll os, qu e fa ilmente los des ba.rataron , qu e s–
tauan bien descuydados de te m a l uc
so, por
a11101· de los co rredore , que no a uian bue lto al
r ea l. Y como estau a n desc uydados y c r eyendo
qu e era mu cha
l:l
gente
y
lo que podia
e r , no
o
aron aguarda r a saber lo qu e era , a ntes dieron
a huyr por muchas y diu r as pa rte., sin aguar–
darse lo. vn os a los otr os con el g ran temor que