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lo desseauan hazer, por estar presente el Visorrey.
Mas, en fin, ellos determinaron de lo embiar preso
a vna ysla que estaua junto y enfrente del puerto
de Lima, cerca de vna legua, segun y de la mane–
ra que al principio se au1a platicado, hasta en
tanto que uviesse algun nauio para lo embia1· a Es–
paña. Tuuieron los tres Oydores grandissima con–
fian<;a de -si mismos, y ass.i lo dixeron muchas ve-
-zes a ciertos de sus amigos, que quitado el Viso–
rrey de por medio, ellos se darian muy buena maña
y .mejor yndustria en atraer a Gon<;alo Pi arro a
lo que ellos -quisiessen, y en allanar la tierra y a
gouernarla muy bien, de tal manera que Su Ma–
gestad se tuuiesse dellos por bien seruido. Entra–
ron vn dia en acuerdo los quatro Oydores, y des–
pues de muchos y diuersos paresceres que uvo
entre ellos, fue muy altercado y bien porfiado so–
bre
q~~n ll~uaria
preso al Visorrey ante Su Ma-
. o-estad, porque el vno dezia que lo lleuasse el
li–
cenciado Rodrigo Niño; el otro dezia que lo lle–
uasse el Maestro de campo Antonio de Robles;
otro orfiaua que lo lleuasse Geronimo de Aliaga,
que era escriuano mayor del Peru y secretario de
la Real Audiencia, ante quien auian passado todos
los autos y escriptos y las otras cosas que se auien
hecho contra el Visorrey, porque éste daria mejor
cuenta y relacion a Su Magestad que otro alg·uno.
Otro dixo que ninguno de quantos aufan nombra–
do auia de yr, sino Martín de Robles y Nicolas de
Ribera, alcalde hordinario que era, y Francisco de
Talauera y Francisco de Ampuero, que eran vezi–
nos ricos y valerosos en la tierra, y que como hom-