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tin de Ysassaga, con otro5. Martin de Robles, ha–
ziendole su deuida reuerencia, le dixo: Vuestra
Señoria me perdone en lo que me mandan hazer,
y sea preso, que Su Magestad lo manda y su Real
Audiencia. El Visorrey -le respondio y dixo: Su
Magestad no manda prender assi a sus Gouerna–
dores, con trayciones y' con mano armada, sino
que essos nescios de los Oydores lo mandan. Vea–
mos porque no vienen ellos ·a prenderme, porqué
quieren sacar la culebra con mano agena. Y de–
zidme agora, ¿vos no tuuistes verguenc;a en acep–
tar esta tan gran traycion que agora cometeis a
Su Magestad, y contra mi persona, siendo vos mi
capitan? A esto replico Martin de Robles y dixo:
v. s. Señoria se de a prision y no hable y vengasse
conmigo antes que todo el exercito suba aca con
los parientes del Factor, porque tienen determi–
nado de le quitar la vida en venganc;a de la que
v. s. dio al Factor, y es cosa muy necesaria a car
de aqui a v. s. para que todo el pueblo se aplaque.
Algunos de Jos que estauan antes con el Visorrey
y 1
ii)
que auian entrado con Martin de Robles le
suplicaron mucho ymportunandole se fuesse con
Robles y con Nicolas de Ribera hasta donde estaua
la Real Audiencia, porque se aplaqtsse siquiera vn
poco el pueblo. El Visorrey respondio a todos di–
ziendo que no queria yr; que antes·se dexaria hazer
pedac;os que yr donde Cepeda estaua, ni ta!D-poco
r
con Robles, siendo vn hombre tan vil y tan baxo
como era; a esto no replico nada Martin de Robles
porque vido muy encendido en .yra al Visorrey.
En fin, tornaronle a ymportunar muy mucho se