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salieron de la.viila de la Plata hasta veinte y ocho
b-ombres-de acáuallo, todos vezinos de los princi–
pales que auia
1
los quales estauan bien armados,
auiendo elegido por general al theniente Lu) s de
Riuera. Todos estos buenos hombres se fueron
hazia la cibdad de Lima a seruir
á
Su Magestad,
y en su Real nombre al Visorrey
1
yendo por cami–
nos no conoscidos ni sabidos y por los despoblados,
porque el tirano no los embias e ataxar los passos
·con algunos de los
SU)
os y los prendiessen para
J.oslleuar al Cuzco a su presencia. Mas como el
camino era muy largo, que ay desde la vna parte
a la otra mas de doscientas y quarenta leguas, se
tardaron mucho en caminar, porgue passaron por
las sierras de Condesuyo y por las aldas de la cib–
dad de Arequipa,
y
en los pueblos de
Y~a
y
de Ha–
cari supieron la prision del Visorrey
1
de lo qual
les peso fl!Ucho. A esta causa no llegaron a Lima,
antes se deshizo la pequeña (_!Unque leal compañia,
y se derramarón por diuet;aspartes;
y
dello_s_se
boluieron a la villa; mas despues fueron perdona–
dos del tirano, estando bien yntrotii<;ado en el go–
uierno que los Oydores le dieron por fuen;a, como
adelante diremos.
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