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r scibimi nto del Virr
y y
de Jas hordenarn;as.·
ssimismo Je aui. aron de como muchos de sus
'lfficionados ami,..;o le a:::,·uardauan en Ja cibdad
con determinacjon de no recebir a Blasco Nuñez
la por Virrey, el qual venia muy ganoso a q'ui–
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lo que tenian, sino t enelle
á
él por Gouerna–
dor hasta en tanto que Su
,Mage~tad
mandasse
tra cosa, pues los_
~uia _!lrnnt~nido
en m} cha paz
y
qui tud, con mud1a
j~
ticia
y
razon. R cibidas
'Stas l e tras por Vaca de Castro, y ienclo lo en
·llas contenido, cono cio clara y abiertamente lo
qu ·rnia dentro en
la
cibdad, porque vnos le lla–
mau n) otros le d echaua.n, por lo qual le p esó
n gran manera por tan §liuersas opinion s que
<-
uia, y lu ·o entendio que no podia ntrar en la
ibd d como el lo des eaua. Sabiendo el Padre
althasar de Lo'1y a que Vaca de Ca tro venia
d
Ja
man raque ten mos dicho, se fu e al cam.ino
.
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n ontrar e con él y le auisó todo lo que del se·
d zi a n la cibdad, que
á
todos lo lea le seruido–
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u Ma - tad l e parescia mu _ mal de que
co~
tanta __ nte armada y de o·uerra.
Y
·ad as l a a rma hizie e luego mensajero
y
d ando] la bu _na _pro de u Yenida, y le
d Ja
q~e
por acá pa auan, y el
ntra
n l
i.bdad como hombre p articular; y
a
i
1 dL o otra mucha cosas muy conuenientes
ü
u p r ona
y
honrra qu oydas la bl.J.enas razo–
n 1 quadra ron ,nrny bi en. Vaca de Ca tro, como
1
mbr
rudente y
o·az mirandolo
ien
y pa-
rando mi nte en lo que adeJante le podrí a uced r
i
lltraua en la · ibdad con la gente que traya,.