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Charcas y de Arequipa, con Thomas Vasquez,
vezino del Cuzco, y les embió
á
dezir que viessen
los traslados de las nueuas
h9r~en_anc;as
que Die–
g o de Aller, su criado, auia traydo; los quales
auiendolas visto se recelaron todos con temor de
la execncion dellas. Entre otras muchas cosas que
les escriuio les embió
á
dezir que no tuuiessen
ningun rezelo de la execucion dellas, porque él les
---
prometla de _poner
~u person~
y vida para el re-
medio que conuiniesse
e~
todo aque11o que
á
el
fuesse possible, que tambien auia por acá muchos
quexosos contra el Virrey, el qual venia
á
la tie–
rra
á
IQs destruyr. Despachado, pues, Thomas
Vasquez, luego determinó de yrse a la cibdad'<!e
Lima antes que el Virrey entras-se-en ella, pürque
le conuenia mucho entrar prímero para saber y
tantear las voluntades que auia en los cibdadanos,
para ver si tenia en ella muchos amigos ó enemi".'
gos. Partido del Cuzco lleuó en su compañia algu–
nos hombres de sus mas allegados
y
conoscidos
que tenia, los quales fueron Don Alonso de Mon–
temayor; Lorenc;o de Aldana; el licenciado Benito
Juarezdecai=auajal;
Hirn~-ndo
Vachicao; Jefoni-
'
m<? de la Serna; Gaspar Rodriguez de Campore-·
dondo; Pedro de los Rios y Pedro Alons9 -de Ca–
rrasco, con otros muchos hombres principales de
la cibdad del Cuzco. Tambien lleuó consigo mu–
chos soldados puestos en horden de guerra, con
muchos yndios flecheros;
y
como los vezinos de
Lima supieron de su venida y de la horden que
tra} a, dio gran sospecha
á
1huchos que venia con
mala yntencion y con dañadas entrañas. Especial-