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111, TORIA
'e re olvió irrevocablemente la pérdida de tralTord,
y
e principió u
au a.
La ámara baja n u totalidad qui o a i tir
á
e·na para sostener la
acu acion con u pre encia. Junto
á
lo r pre entante del pueblo se sen–
taron lo comi ionado de E co ia é Irlanda, tambien acusadore . Ochen-.
ta pares e taban pre.entes orno jue e ; por di lám n de la cámara baja
habian sido recu ado lo obi po , como n toda au a de vida ó de
mu rte. obre la localidad que ocupaban lo pares, e di pu o una tribu–
na cenada,
á
donde acudieron el re
y
la reina, de eo o d verlo todo;
pero ocullando el primero u angu tia, la gunda u urio idad. En
1
galería e-calinala roa elevada e ian innumerabl
pectado–
res de todo sexos
y
alto rango, conmovidos por la Iompa d
1
p táculo,
la celebridad de la causa,
y
la curiosidad que e citaba el carácter bien
cono ido del a u ado.
onducido por el Táme i de de la lo1Te d '\\ e tminster, atra esó
, in turba ion ni de caro por entre
1
gentio :
á
pe ar del odio, su re–
riente grand za, u ademan, el terror unido
á
u nombre, imponían
to ª 'ía. me ida que e adelantaba, algo ncorbado p 1· la nferme–
dade , p ro jóven aun por u arrogante mirada, e apartaba la muche–
dumbre, todo e quitaban
1
ombrero,
1
aludaba orle m nte, lo–
mando
á
bu n agüero e ta a titud del pueblo. Animábale la e pcranza,
tle pre iaba
á
u contrario , habia meditado lo cargo , no dudaba
probar que e taba inocente d
1
delito de alta traicion. olo le había ad–
mirado la acusa ion de lo. irlande e , pue no podía omprender que nn
reino hasta entonce tan umi o para on él, hubi e mudado tan r
J
n–
tinamente.
Al egundo dia, un in idente le hizo ver que babia juzgado mal su
itua ion, · uan difí
il
le eria defender e : ((E-pero, dijo, qu recha-
zaré Ja irnputacione de mi malí io o nemigo .
l>
ta palabra
P m, que dirigia la au a clamó con iol ncia :
«
lo repre entan–
te del pueblo e dirige la injuria, e un rimen tacharlo de maliciosa
oemi tad.
n
Turbado tralTord e po lrú e cu ó, de de ntonce
tranquilo
y
dueño d
i
mi rno, no di entrada
á
la úlera ni
á
la impa-
·iencia
n olL6 palabra que pudie e r un carg onlra
l.
Durante diez
iete dia , olo,
contra lr e a u ador que s
iban r levando, discutió lo b hos que e le imputaban.
Iu
ho de
lo fu roo
á
toda luz r conocido lleno de iniquidad d liranla. P ro
otro , locameot exagerado ó iegam nle acogido$ por
1
odio, fueron