45
ANOTACIONES lllSTORJC
· N M. X.
DECLARACION VJUSTIFICACION DE !'Y.U, POCO ANTES DE UM ERTE.
adie ignora cnn que calumnias han sido atarada> mis inlenciones para con Dios el rey-y
mi país. Unos me acusan de haber sido el promotor de . iolentas innovaciones en la iglesia an–
glicana ; otros mas
enconado~
so Llenen que be escitado todos los de.órdenes del remo;
y
si
bien se vuelven mas estas injurias contra el que las profiere cuando Ja juzgan homore pru–
dentes sin embargo las han oído otros que tal vez les habrán dado crédito,
y
por esto me de–
cido á dar esta esplicacion.
Pasaré ea silencio la causa de Strafíord , en la que se han atrevido á tacharme de parcia–
lidad y de odio, ysolo me detendré en las calumnia sobre que he e citado y fomentado la
disensiones tocante á la iglesia anglicana.
Cuan inverosímil esto sea quedará probado plenamente. Cuantos me conocen dirán que he
sido, soy y seré protestante, sin,mezcla de anabaptismo, de browni mo ni otras cosas, como
han propalado algunos descontentos eclesiásticos, creyendo que mi conato era humillar la
arrogante ambiclon de los obispos y prelados. obre este punto he manife tado mi opiniou
como miembro de la cámara, y la·creo justificada para reformar "roseros abu os introducidos
por la perversidad de los obispos
y
de sus sustituto . todos proreslantes. ¿A qué esos r.astigos
corporales, esos destierros, esas marcas de hierro ardiente en los ro tros de los condenados por
asuntos de conciencia?
A
qué esas ceremonias griegas ó papi ta que querian introducir, reju–
veneciendo antiguas supersticiones? Atacar estos errores se tomará por anabaptismo ó
'1rownismo?
(Continua aqui acriminando
á
los obispos
y
probando
S1'
protestantismo
y
d~pues
prosigue :)
Pero esto es nada comparado con las calumnias de que hesido·blanco tocante á mi lealtad
para con S.M. sagrada; algunos sostienen que soy autor de su- disen iones con el parlamento,
cuandomi lealtad para con el rey es tanta como pueda ser Ja de cualquier otro súbdito. Cierto
es que cuando se atentaba á mi vida injustamente, cuando .
M.
seguido de gente armada nos
buscaba á roí y á otros honorables miembros, procuré por mi
se~uridad
; pero esto no puede
alegarse contra mi
1
porque el mismo rey nos declaró despues 10ocente del crimen de alta
traicion que se nos imputaba.
Ysi este acontecimiegto motivó que S.
M.
se alejate del parlamento, eguramenle no será
mía la culpa. pues tanto antes como despues me he afianzado iempre en
la
leyes del país y
en el poder del parlamento. Seguro intimamente de e la verdad , despreciaré toda calumnia,
que nunca
ser~
un menoscabo para mi
reput~cioo
entre los hombres imparciales.
En la diaMlica conspiracion de Catilina contra el
sen~do,
nadie e tuvo
roa.
espueslo al en–
cono de los conspiradores que Ciceron , ese orador patriota, cuyo celo Jo desbarató todo.
Y
si
bien no me envanezco de compararme
á
tan digno ciudadano. in embargo, alguna relacíon
existe entre los dos, si es dado comparar las co a pequeiia con la grandes. Mi anhelo por la
reforma politica me ha acarreado todos los qdios y hecho blauco de las calumnias: con todo,
ese anhelo me parece mi mérito mayor. y ya que ufro ignominias por e ta cau a, lo haré con
sufrimiento, esperando de Ja miseri1:ordia de Dios que al fin reconciliará
á .
M.
con su parla–
mento. No dudo que entonce podré dar al rey pruebas
sufici~nte
de mi Jeall:id, aunque e·té
irritado contra mí : entre tanto e pero q11e el mundo creerá que uo soy seguramente el primer
inocente calumniado, y que por lo tanto suspenderá su juicio.
(Rusñwort.
pan.
3,
l.
2
p.
373-3i8.)
'UM.
XI.
CARTA DEL REY AL PRI CIPE ROBERTO, DANDOLE ORDE DE SOCOl\REl\
Á
YORK.
Tincknill U dejalio de 1644.
Sonn1r>o:
Debo ante iodo felicitarme con vos por vuc tra ventaja ,
y
a eguraros que no me son
menos agradables en si que por ser obra ''ue lra. Quedo enterado de que neccsitais pólvora,
y
os la procuraré á la vez de lrlauda y de Bri'tol, aunque no pueda hacerlo de Oxford, donde so–
lo he dejado treinta
y
seis barrile : tocante á la de Bristol tampoco os daré completa segu–
ridad, pues es plaza amenazada de sitio.
Fuerza es ahora haceros conocer mi ituacion, y espero no tomareis á mal que o dé peren–
toriamente las órdenes que ella exige. i perdiese la plaza de York recibiría un golpe mortal mí
cau a. ámenos que por una marcha rápida os reuníesei
á
tiempo conmigo. i Jograi libertar
á York
y
bali1 á los rebeldes de amlJo· reinos que la sitian, olo entonces podré mantener
Ja
defensiva hasta que vengáis en mi aocorro. Os mando, pues, y os conjuro en nombre del de·
bcr y de vuestra adbesion, que renuncie:s á todo proyecto, para pasar con todas vuestras fuar-