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102

Apéndices.

armas, de mi parte le suplico·,

y

de la de Dios

y

de S. M.

le requiero, que cese en el llamamiento de gentes,

y

en lo demás que hace,

y

no dé ocasion ni causa á que nos

destruyamos todos

y

que -en esto intervengan muertes

y

venga en rompimiento, porque por ventura será causa de

mayor daño del que V1:1estra Senoría piensa;

y

podria que,

como en estos ayuntamientos se ayuntan gentes de di–

versas

condicione~,

se hiciese cosa que ni en ninguno

fuese remediarla, ni en la de nadie, sino en la de Dios,

excusarla;

y

despues no aprovecharia medicina para sa–

narla, ni color con que encubrirla, que seria causa· de

nuestra perdicion

y

de algun gran deservicio de S. M.

»Bien creo que tampoco esto es verdad, como otras

cosas que á Vuestra Señoría levantan

é

imponen; dígolo y

avísolo, porque no·faltarán ruina

y

males que á Vuestra

Señoría pongan en ello,

y

pesarme hía de cualquier deser–

vicio ·que por esta causa á S. M. se le hiciese.

Me~

jor le está á Vuestra Señoría

y

mejor le parecerá, pues es

tan quen caballero

y

tan acebto á S. M., que dél

nos alcance la justicia, la libertad

y

la conservacion de

las.mercedes que nos ha hecho, pues por su intercesion,

más que por la de persona alguna de España

y

destos

reinos, se podrá esto alcanzar, por haber visto y entendido

la razon que tenemos

y

el servicio que_ á S. M. se le

hace, en ejecutar lo que Vuestra Señoría á cargo traia,

y

porque

á

nadie como á Vuestra Señoría se le dará tanto

crédito en esto. Cerca de lo cual he hablado largo acá con

el Muy Reverendo Padre Regente provincial, el cual, si

ántes hubiera venido, por tener en esto tan buena inten–

cion, pudiera ser haberse ántes efectuado y Vuestra Seño–

ría habernos hecho las mercedes que de Vuestra Señoría

esperamos,

y

no lo que acá nos han dicho .que contra nos–

otros intenta

y

hace, pues carecemos de culpa y Vuestra

Señoría no tiene razon en querernos mal por defender lo

que tanto nos cuesta y habemos ganado con tanto trabajo

é

gastos de nuestros patrimonios é riesgo de ·nuestras

personas; pues si le quitasen su mayorazgo, vea lo que

sentirá Vuestra Señoría. Cuya ilustre persona

y

estado

Nuestro Señor acresciente como por Vuestra Señoría es