Apéndices.
defender de una tan gran fuerza y agravio como se les
hacia, lo cual yo rehusé muchas veces, así por evitar es–
cándalo y alboroto, como porque queria ántes ser privado
de la hacienda y áun de la vida, que encargarme ·de cosa
de tanto trabajo; el cual no me lo impidia tanto como
el parecerme que en alguna manera corria riesgo mi fama
/
con S. M. y con los que no supiesen ser mi causa justa;
y al fin yo lo estorbara, ó á lo ménos no lo aceptara, si no
fuera por evitar otro mayor daño, que por algunos me
fuénotificado y certificado, diciendo, que sino lo acebtaba,
todos los 'más soldados deste reino
é
vecinos andarian de
treinta en treinta y de veinte en veinte con arcabuces y
ballestas, hechos salteadores por los caminos, robando
y destruyendo todo este reino, así á los naturales como
á
los españoles y vecinos que no les ayudasen á hacerlo;
y tras esto se soltaban á decir palabras muy desvergonza–
das, dando razones coloradas que tenian P.ara las decir,
que ni se sufren escrebir ni aun pensar. Finalmente,
viendq tan gran peligro, acebté el menor y quise hacer lo
que me rogaron, que fué ser su procurador y capitan para
ir juntarrtente con ellos á suplicar de las dichas ordenan–
zas
é
de que sea visorey el señor Blasco Nuñez Vela, pues
es tan abstero en la justicia y tan poco experimentado en
esta tierra y áun tan mal conforme con V. mds., siendo,
como son, los que representan la persona real.
11Hánnos dicho, que, sabido esto, hace gente Su Señoría
é' gasta los dineros de S. M. é protesta de nos matar
é
~es·
truirá todos, é áun ha intentado secretamente, con promesas
que nos ha hecho, que los unos á los otros nos matemos;
el cual oficio no solamente no lo he visto ni oido de visorey
ni justicia, pues aquella ha de ser pública , y clara, pero
áun de caballero que toviese en algo su honra y no qui–
siese cobrar mala fama. Allá le escribo suplicándole no
sea causa de nuestra destruccion, ni ponga en peligro su
vida, ni á tanto riesgo el patrimonio y servicio de S. M.
y
, este reino, sino que se vaya
é
le informe de cuanto nos
ha agraviado en las ordenanzas que nos invia y cómo por
ellas se le destruye este reino; y que pues es su oficio, y
de los caballeros como él, nos haga conservar las merce-