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Apéndices.

veinte y tres dias del mes de Agosto, en la posada de Luis

Suarez, que durmió allí, y el licenciado Leon, comenzaron

á

tratar en esta materia de las ordenanzas que S . M. en–

vió

á

esta tierra y de cómo no sabían nada de Lima ni

si tenia gente ni no la

t~nia

el visorey. En aquella sazon

entró Diego Maldonado, vecino é regidor de la dicha cib·

dad, que llaman el Rico, y hablando en ello, dijo el dicho

licenciado Leon, que si el hobiese salvo conduto, haria

entender

á

los oidores por disputa pública, cómo era mal

proveido lo que el rey había proveido. Y el dicho Diego

Maldonado dijo: «¿Si os le trujesen, ofreceros íades

á

ir

allí?)) Y el dicho licenciado dijo: «¡Ojala yo le toviese! » Y

dijo este confesante: (( ¡Pluguese

á

Dios que con aventurar–

me yo os le pudiese traer, que toviese yo aparejo para ello,

que yo lo haría!» Y el dicho Diego Maldonado se llegó al

oido y dijo:

<<~Qué

os falta, padre?» Y dijo este confesan–

te: cNo tengo cabalgadura>) Y él dijo:

e<

Pues quedaos, que

yo os l.a daré.» Y este confesante dijo que sí se quedaría.

Y dijo al dicho Gaspar Rodríguez y

á

todos que se quería

' quedar en el Cuzco, y así se quedó. Y dijo al dicho Gas–

par Rodríguez cómo cierta persona le daba una mula

para que fuese

á

Lima por salvo conduto para el licen–

ciado Leon; que se holgaba dello, porque entendería lo•de

abajo. Y aún al dicho Gaspar Rodríguez pareció que no le

pesaba, porque era

á

la sazon que se habian huido Gar–

cilaso y los demás, y estaba algo descontento; y dijo que

¿qué pensaba hacer allá?; y este confesante le respondió:

«Veré

y

entenderé lo de allá abajo.» Y él le respondíó:

u

Si

viéredes quel visorey está más pujante que nosotros, po–

dreis procurar que dé la gobernacion de lo de Diego de

Rojas

á

Gonzalo Pizarro, y sacadme-seguridad del visorey

para mí

y

para mis amigos, los que yo os dijere; y si no

estuviera ian pujante y estuviéremos nosotros más pujan–

tes quél, no hablareis palabra de esto. Siempre ponién–

dole delante el acrecentamiento y seguridad de Gonzalo

Pizarro. »Y que esto lo habia de hacer en caso que ningund

remedio hobiese y no en otra manera; y que por estonce

con esto se apartaron. Y despues desto vino la nueva que

Pedro de Puelles era llegado

á

Guamanga y con gente,

y