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8.6
Apéndices.
NUM. 14.º
Entre los leales
y
consecuentes partidarios de la causa
real,
á
quienes La Gasea, en el repartimiento de merce–
des que hizo despues de la derrota de Gonzalo Pizarra,
no pudo recompensar, por haber consumido las enco–
miendas premiando de preferencia á los que abandonaron
la causa de los rebeldes, se hallaba un Alonso de Medí- ·
na, vecino de Arequipa, viudo con cuatro hijos, pobre
y
lleno de deudas; el cual, no solamente quedó desatendido,
sino que, por intrigas de sus émulos,
fué
encausado
y
tuvo
que refugiarse al monasterio, de Santo Domingo de Are–
quipa, desde donde dirigió al presidente del Perú varias
cartas, unas anónimas
y
otras con su firma, reclamando
justicia
y
enterándole de las maldades
y
traiciones come–
tidas por los agraciados con perjuicio de los buenos sin
valimiento. El hambre
y
la desesperacion le soltaban la
lengua y daban color extravagante y carácter alocado á
su estilo; pero no debieron ser calumnias todas las acu–
saciones contenidas en sus escritos: primero, porque La
Gasea los conservó, y segundo, porque la historia no des–
miente muchas dellas.
Valga por lo que valiere, he aquí lo que decía en uno de
los anónimos acerca de la eleccion de Gonzalo Pizarro
en el Cuzco,
y
de las personas que en ese acto intervini(;–
ron, algunas de las cuales desempeñan un interesante Y.
trájico papel en esta guerra de Quito.
»....
Y
lo prendieron [al virey Blasco Núñez], y ántes que
lo prendiesen, echaban sus juicios,
y
decían: «Si saldremos
con ello ó no?» Enviaban sus cartas
á
Gonzalo
Pizarra~
decíanle que abajase con
·200
hombres
á
Xauxa, quellos le
prenderian con su favor y se lo darían atado; por sostener