50
Apéndices.
NUM. 7.()
«Este Pedro Pizarro-dice él de sí mismo en su Rela–
cion ,-en esti escriptura nombrado, por servirá S. M. ,
no aprovechando muchos ofrecimie ntos que al principio
cuando Gonzalo Pizarro se empezó á alterar le ofreció que
le baria su capitan y seria
el
más preeminente en su cam–
po, todo lo pospuso y dejó pot servir á su Rey y Señor;
y
ansí Gonzalo Pizarro lo tuvo para matar en la ciudad de
los Reyes, y por ruego de Carvajal, su maese de campo,
no le mató. Desterróle á los Chárcas, quitóle los indios,
perdió más de treinta mil pesos, y al último aventuró la
honra habiendo puesto muchas veces la vida al tablero,
todo por servir á su Rey y Señor, negando á su nombre
y
sangre.
n
Mal se compadece con esto la siguiente carta·:
«Al Muy Ilustre Señor Gonzalo Pizarro.-Muy ilustre
señor:-Andando en esta costa
(a)
recogiendo algunos hi–
dangos
(sic)
de los de Senteno [Diego Centeno] por man–
dado del capitan Silvera, teniente de Vuestra Señoría, re–
cibí una carta de Vuestra Señoría, la cual tuve en tan to
como los Santos Padres la venida de Nuestro Señor al
ymbo
(sic)
[al Limbo] . Porque aunque pequé, fué con ino–
rancia, de miedo, más que con malicia de querer deservir
á Vuestra Señoría, que ha dicisiete años que soy Pizarro .
con el alma y la vida, y solo un mes de temor me hizo
algun tanto olvidar;
y
aunque fuera más, bien creo que
trayendo Vuestra Señoría esto en la memoria, usará con–
migo lo que con todos, ques clemencia.-Pequé , pido mi-
(a)
De Arequipa, de cuya ciudad era vecino.