Prólogo.
CVIl
Pero, vigilias tan continuadas y penosas
y
la ruda
tension
á
que obligaban al espíritu, sin contar
el
in9.ujo
del enervante clima de Los / Reyes,
gasta~on
á
la
postre su salud, y no es aventurado suponer que por
cobrarla, tanto como por atender
á
la publicacion de
sus escritos y recompensa de sus meritos, abandonase
para siempre
el
Perú en aquel mismo año de
I
550
(a)
y
pasase
á
Castilla; donde con más espacio y medios po–
dia <lar
á
su Crónica la última mano
(b),
y término y
principio respectivamente
á
otras dos obras: el
Libro
de las cosas sucedidas en las provincias que confinan con el
mar Occéano}
y una
rela~ion
ó historia de la Nueva
España; aunque,
á
decir verdad, no consta que cqnclu-
esta
cibdad de Los Reyes;
11
y
en el CCXXXVI: "e:i las más partes
cústas
Indias.
11
(a)
11
En el año de
1550
salí yo del Perú
11
(PriID:era parte de la
CRÓNICA
DEL
PERú, cap. LXXVI.)
(b)
Que Cieza la corrigió y adicionó es evidente. En la primera parte,
cap. XCVI, se lee:
"Y
fué tan preciada esta coca ó yerba del Perú el año
de
1548, 49
y
5
1
que no
hay
para qué pensar, etc.
11 ;
cap. CIX.
11
pues desde
el año de
1548
á
51,
le ha valido, etc.;" cap. CXVI:
11
yo entendí en el
tiempo que
estu<Ue
en aquellas partes (las Indias);'' cap. CXX:
11
Concluyo
este capítulo con que al tiempo que en el Consejo de
S. M.
de Indias se
estaba viendo por los señores dél esta obra, vino de donde estaba S. M.
el muy reverendo fray Tomás de San Martin prov ido por obispo de los
Chárcas.
11
Y
en la segunda parte ó sea
Re~acion
de la sucesion y gobierno
de los Incas, capítulo
fi<ge trata de la riqueza del templo de Curicancha,
etc.:
11
una obra que ví en Toledo cuando
fuí
á
presentar la primera parte
de mi Corónica al príncipe don
F
elipe
11 ;
capítulo
De cómo hr,zcian grandes
fiestas y sacrificios
á
la grande
y
solene fiesta
llama.laHatun Raimi:
11
Yo
me
acuerdo estando en el Cuzco el año pasado de
15
50
por
el
mes de agosto.
11