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Carta de Eucherio.

4'17

de trabajos, Jlena de congojas,

nos llama con castos

re~alos;

y

llena de peligros, llena de cuida-

ésta n?s . desecha con perpetuos

dos, afügida con enfermedades, desabnmtentos. Por · tanto pues

triste con temores , inc

ierta

y

los

me~mos

males nos enseñan la

desasosegada como mar

q.ue

en verdadera prudencia; si la dul·

todo

tiempo hierve con tem· zura de los bienes celestiales no

pestades.

nos enamora,

á

lo menos abor.

~Pues

qué razon

6

qué

interese

rezcamos la amargura

y

afticcion

puede -persuadir al hombre

á

de los trabajos del siglo. Si

no

despreciar los bienes eternos,

y

abrazarnos los honestos placeres,

seguir los temporales , tan falsos huyamos siquiera los crweles to.11.

y

tan resv aladizos?

t

Por veatura meatos: que los unos

y

los otros

no

ves como

los

hombres de este

á

una juntan sus fuerzas para le–

siglo en Ja tierra donde esperan vantar nuestros corazones á la

·morar

la

mas parte de su vida, vida verdadera : por la qual se

procuran

llegar h:'.lcienda ,

y

nos hará dulee qualquier trabajo

acrescientan sus patrimonios;

y

presente.

en la ciudad de donde piensan

Porque si algun hombre rico

y

pre~to

partir , trabajan poco por poderoso uos llamase prometién–

.ennquecer ,

y

en

u

casa

hacen denos amor

y.

obra de padre, se–

pequeña provision

~

De

esta ma-

guirle hiarnos sin

tardanza

á

nera , pues nosotros conocemos

tierras extrañas, rompiendo qua.

la estrechura del

mundo ,

y

la

lesquier dificultades

y

estorbos

l,igereza del tie

po ,

y

sabcJDos del camino. Dios , Señor del

que los siglos venideros

nunca

se universo , cuyos son todos los

acaban,

y

la patria que espera-

tesoros, nos llama para nos amar,

mos es espadosísima; procuremos

y

para se nos

comunic~r

(sola·

a~raygarno

1

s

en ella , pará que mente que le aceptemos al dulce

v1vamosprosperos donde siempre apellido de hijos, con que llama

habemos

de morar. No perverta·

á

su único

eng~ndrado

nuestro

mos

los cuidados, poniendo ma. Señor Jesu Christo);

tY

tú em–

yor solicirud en el breve

y

mise· perezas,

y

no extiendes siquiera '

rable provecho ;

y

menor en

el-

la

mano con viveza

y

alegria

eterno

y

verdaderamente bien. para recibir dignidad tan glorio•

aventurado. Tanto es cierto

lo

sa

~

Mayormente pues para al·

f}Ue cfigo , que no sé

de~erminar

canzar tan alto estado no has

de

CJUál

respeto es mas eficáz ,para peregrinará tierras muy

a~arta·

levantar nuestros corazones

•á-

los das

ni

arriscarte á los peligros

deseos de

Ja

vida del cielo:

6

Ja

del

~ar:

donde quiera

y

quando

consideracion de los bienes

qué

quiera que

qui~ieres ~

y.a eres

e~

el!a poseerémos ; 6 la expe-

adoptado.

t

Por ventura por

eso

rienc1a de los males que en ésta seremos mas fl oxos ,

Y

menos

nos

persiguen: porque aquella codiciosos de tan

grande

merced,

poi ...