37
f
LibrD
segundtJ
_
daJa:
y
el ganado
noble
que te · cada una su
Jugar.
Porqu~
asi
nias
á
trt
cargo l
Y
llamólo con como el que trata ea piedraa
mucha razon noble , por causa preciosas ,. conviene que entien–
del precio con
que
fué
co-mpr~do,.
da el valor de eUas, porque
1
no
· y
por.
la
sacratísima humanidad.
se
engañe en.
el
precio ;
y
asi
de Chris
to con que
fué
enableci · como el mayordomo de un señor
do: pues
ning.unesclavo' hay tan
convie~
que sepa los méritos de
baxo· , q
ue· no sea libre
y noble· Jos que tteoe en su casa, para que
por
la humanidad
y
sang.rede
trate
á
cada uno segun su mere·
Christo•. Tenga
pue~
el buen cimiento
(porque~
lo contrario
Christiano
cuidado que· los. que sería desórden
y
c~nfusion); a~i
tienen en su casa estén libres de· el que trata en las piedras precio·
vicios conocidos; como so·a ene-
s;as de las virtudes,
y
el que como
mistades,juegos, perjurios, bias. buen mayordomo ha de dar
j
femias
y__
deshonestidades. Y de. cada una
su
derecho ,. conviene
más de esto·, que sepan la
l)ae..
que para esto tenga
muy
eotendi·
trina Christi:ana ,
y
que guárden do el precio de ellas; para que
los mandamientos de
la
Iglesi-a:
y
quando las cosas se encontraren,
señaladamente el de oir Misa sepa quáles ha de anteponer á
Domiógos
y
fiesDas,
y
ayunar
los 9uáles;
porque no venga
á ser
dias que son de ayun@, si no tu-
{como dicen) allegador de la ce·
vieren algun legitimo impedimen· niza,
y
derramador
de
Ja harina,
to,.segun que arriba füédeclarado. cotno
á
muchos acontece.
CAPITU L·O
XIX.
Aviso primerfJ de la estima de
l1ts
virtudes,
para·mayor en–
trndimient() d_e esta regla.
A
Si
como
al principio de
~s ~
ta regla pusimos algunos
preámoulos, que pa-ra antes de
ella
se
requerian , asi despues de
ella
conviene dar algunos avisos
para que mejor se entienda lo
contenido en ella : Porque pri.
meramente, como aqui se haya
tratado de - muchas maneras de
virtudes, es nece'Sario declarar
la dignidad que tienen unas. sobre
.
otras; para que sepamos estimar
cada coia en lo
que
es ,
y
da~
á
Pues
para esto es de saber qu"
todas las virtudes
de
que hasta
aqui habemos tratado, se pueden
reducir
á
dos
órdenes ;
porque
unas &on
mas espirituales
é
inte–
riores;
y
otras mas visibles
y
ex·
teriores.
~a
la
primera órden
ponemos las virtudes Theologa·
les,
con todas
las otras que
i;efü1·
!amos para con Dios:
y,
principal·
mente la caridad, que
tiene ·el
primer lugar (como Reyna) en·
tre todas ellas. Y
con
estas se
juntan otras virtudes
muy
noble•
y
muy vecinas
á
éstas; que
s~n:
humildad,
castidad,
misericor~1a,
paciencia,
discredon,
devocm~,
pobreza de espíritu,
menosprecio
del
mundo,
negamiento de nues–
tra propia
voluntad,
amor de
la
Cruz,