.
de
la
C01npciñia
de
Jefus.
·
1
3
7
en
fodo ·aquel
dia,
ni la noche iiguiente, nos
~n~
quietamos tanto, que e.ftuvimos para echar
laCha~
lupa
al Mar con veinte hombres
armados ,
con or-í
den de
·-ta,mar
lengua. Aumentofe nuefira
inquie~
tud, viendo que no parecía la
Chalupa,
que havia
de bol
ver
al punto;
pero no pafso
adelante el fu
f-.
~o,
porqu·e ambos BaJreles llegaron
a
las
liete
~~
la
noche
con buenos refrefcos,
y nos
o.lv·idamo~
preíl:o
de
las inquietudes
paífadas.
Los
Jab~nefes,
vecinos de efias
Islas ,
vao
ca{¡
aefnudos:
fu color
tira
a
roxo;
y
el
betel ,
que
C00-1
tinuamente efiin mafcando , pone fus dientes ne..;
gros.
No les
falta
entendimiento,
y
fon habil'es e·ti
~1
comercio que hacen. Durante el tiernpo que
ef~
tuvimos en.
el
Eítrecho,
venían
todos
los
dias
e·11
fus Pyraguas
a
vendernos. aves ,
y
frutas. Entramost
en el EO:recho de la Sondá el di a
21 • .
de Mayo,
y
e~
·dia primero de Junio no haviamos navegado quin.¡
te
leguas,
por las
calntas ,
y
vientos contrarios.
Ea
fin, falimos de alli para entrar en el Efirecho
d~
Banca, que
es
mucho mas peligrofo. En fu entrada;
fe
halla
la Isla de Lucepara,
y
el
Mar
eíla muy
ba~
xo al rededor. Se
navega con
la fonda
en
la
ma-;
no
a
atnbos
cotl:ados
del N
á
vio,
y
a
un tiro de fu..,
ftl. Lo
mif1no
fe praética en la Canoa para dirigir;
el Navioo Los que van
a
la
China, necefsitan
co~.
munmente de diez
y
fiete pies de agua,
y
en los
parages donde
hay
ma! agua, fe hallan folamenre
veinte
y
cinco
pies;
y
por poco que fe inclinen los
Navios
a
uno,
ú
ocro lado, no tiene
n1as
de: doce,
<)
quinée, con gran peligro de
dar
en algun efcollo. El
viento
nos
era favorable , y
doblamos feli zmente
l:.t
Isla.
La Quilla del Na
vio
cfia~a
ran
cerca
del
fon4
Tr;m.
X V.
S
do.!l
..
• ..
-
-J