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fle la Compaliia
de
Je(us.
14
3
1atin,
y
con
quien yo
me entendí-a,
y
afsi tuve
~ue
abandonarme
a
la
Providencia. Se
negaren
conftantemente mis conduétores
a
darles
el dine--:
ro,
y
fui
conducido·
a
una
efpecie de
Cuerpo de
Guardia.
Se vit:ron , pues,
precifados
a
bol ver
a
la
Ciudad para infonnar
al
Medico, en
cuy~
cafa ha-:
yia paffado la·noche.
Quede
como
dos horas
en
el
Cuerpo de
Guar~
tliá ,
y
los
Chinos, curiofos de faber quien era, me
quitaban el bonete' para ver
fi
tenia la trenza de.
cabellos, que llevan los Chinos en la cabeza,
y
le~
vantaban la
cortina
de un lado,
y
otro para regif ...
trarme.
Y
o
hacia
del enfermo,
y
fobre todo
tenia
gran
cuidado de cubrir
la
cará.
El
abanico,
que
fe~
gun efiilo llevan
los
hon1bres en
]a China,
me
fir~
vio
mucho en ell:e aprieto. En fin,
vinieron
a
pren~
derme,
y
me
hicie ron at raveífar
una
parte de la
Ciudad,
efl:ando fiempre en mi
carna con
]a cara
cubierta. De
repente
fe detuvieron delante de
una
cafa ,
y
con violencia levantaron las cortinas.
Hic~
juicio
que
ell:aba
delante de
la puerta
de
un
Man~
darin,
ante
quien ha vía
de
parecer,
y
crei que
era
inudl taparme la
cara.
Dexe , pues, el abanico,
~
me
pufe
a
mirar con gran
fofsiego
el
mucho Pue–
blo, que fe
junto
al rededor de 1ni.
Ell:ando con la cara cubic:rta , ola
a
los unos
decir, que yo
era muger,
y
quando
me
defcubd,
otros
me llamaban Bonzo.
No
entendi
mas de
lo
'que
decian
de
lnt:
en una
pa labra, tne
havían
he-.
cho traycion algunos
fat fos
Chrifiianos, denuncian–
dome
a
los tv1and Jri nes,
y
exponi cc do¡ne
a
la
V
ifia
ce
toda
UnJ
Ciudad, que no
pocHa
duda r,que yo no .
fueífe Europeo. Tal
fue
el peligro ,
y
n~turalmen~
te