CAPÍTULO XVIII
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Cardenal Inquisidor General, hi9o mer<;ed della en futura
subcesion,
y
V. A. manda en c.arta particular, por haber
salido las pruebas de su mujer reprobadas, se le diga, si
instare, que su Illma. ha revocado todas las futuras sub–
cesiones: como vió la bara en mano ajena, la pidió por
peticion, en virtud de su provission, acudirá a V. A. con
su queja, y la dará porque es caballero violento,
y
siente
la pérdida de reputacion, que la quiso tener sana y hacer
su gusto, sin reparar en inconvenientes de que fué adver–
tido, y luego es la culpa nuestra.
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Sebastian Delgado, pretendiente de familiatura, por-
tugues, fué preso en
20
de abril deste año; con secresto de
bienes; es natural del Concello, deben vivir obispado de
la ciud:td de Oportu, de edad de
52
años.
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erónim.o de A9ebedo, portugues, fué preso, con se–
cresta de bienes, el mismo dia, pidió audiencia y confessó.
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Váse prosiguiendo en todas las causas y . descubrién–
dose tanta copia de judíos derramados por todas partes
que nos damos a creer igualan a todas las demas naciones:
las cár9eles están llenas y por falta dellas no e.xecutamos
algunas prisiones de personas de esta ciudad; andan las
gentes como asombradas, y no se fian unos de otros, por–
que quando ménos piensan se hallan sin el amigo o com–
pañero a quien juzgaban tanto. Tratamos de alquilar cassas,
y
todas las circunvecinas no han de bastar: seguramente
puede V. A. affirmar a su real persona,
y
a todos sus Con–
sejos, que no se le a echo en estos reynos a su Maga. y a
]a Divina mayor servicio que el actual en que estamos,
porque esta naeion perdida se iba arraigando en pocos
años de manera que como mala hierba avia de aogar a
esta nueva christia.ndad, y en la anciana ha9er grandíssi–
mos estragos, porque en estas partes el últin1o fin de los
que las habitan de passo, y aun de assiento, es el interes,
.no se trata de otra cosa, a él aspiran anelando chicos y
grandes, y todo medio que facilita su consecucion se abra-
9a indistinta1nente, en tanto tienen a uno por hombre en
cuanto sabe adquirir hacienda; y para conseguirla han ha–
llado apropósito esta secta infernal y atheis1no; es ella9o
con que iban enrredando, prometiendo buenos subcesos y
grandes rique9as a sus sequaces: y dicen es esta la tierra