CAPÍTULO XVIII
·qnatro
un
Joan de Salar;ar, rnercader vecino · desta cin-
'
dad,
denuncz~ó
en este Santo Q(fieio de Antonio Cordero,
·caJero de uno de dos cargadores de la cú_tdad de Sevilla,
que por no haber podido vender
y
despachaTse el a,ño
de treinta
y
tres en la feria de Puerto .Velo, subieron a
ésta,
y
tenian almayen frontero del collegio de la Com–
pañía de Jesus,
donde el Antonio Cordero vendia,
y
di–
jo, que habiendo ido un sábado por la mañana a comprar
unos rengos<J
al dicho almacen, halló en él al Antonio
Cordero con sus runos,
y
hablando con él le dijo si le que–
ria vender vnos rengos, a que le habia respondido, no
puedo venderlos hoy, que es sábado: y replicándole el
J
oan
de Salac;ar, qué tiene el sábado para no vender en él, le
habia dicho, digo que no e de vender hoy, porque es sá–
bado:
y
que oyéndolo el uno de los amos, el de rr1as edad,
le habia reprehendido, diciendo no díjesse aquellas bobe–
rías:
y
que entónces habia dicho Antonio Cordero: digo
que no e de vender hoy, que es sábado, ni mañana que
es domingo;
y
que con esto se despidió con otros dos ca–
maradas, con quien habia ido al .dicho alma9en, reiendose
de ver que por ser sábado decia aquel portugues no queria
vender.
11Y
que volviendo allá otro dia, que acertó ser viérnes,
halló al Cordero en el mismo almac;en almor9ando un pe–
dac;o de pan con una man9ana, y despues de haberle salu–
dado, sin acordarse que fuesse viérnes, le había dicho, no
füera mejor comer de un torrezno1 a que había respondi–
do Cordero, habia de comer yo lo que no comieron mis
padres, ni aguelos? y replicándole Sala9ar, qué? no comie–
ron sus padres y aguelos tocino? oyéndolo uno de los amos,
que se halló presente, habia respondido: quiere de9ir que
no comieron lo que él está comiendo agora;
y
que él le
habia replicado, no es ·toeino lo que come agora,
y
que no
passó mas por entónces.
·1Llamáronse dos que dió por contestes:· dijo el uno ser
sordo,
y
no habia oido las palabras formales en lo tocante
al sábado, mas de haber visto que no se compró nada. El
2. «Es lo que en Castilla se llama gasa para balonas de hombres.»
Nota de los Inquisidores.
TOMO II
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