184
LA INQUISICION DE LIMA
dro de Zárate, i se habian ido continnando con la libertad
que el Virei hizo dar al jeneral Pedro de Zamudio, a quien
el Tribunal tenia asignada su casa por cárcel, en méri–
to de ciertos desacatos que se le imputaban contra minis–
tros del Santo Oficio.
7
Poco despues solicitaba el Conde que el Tribunal con–
tribuyese para un donativo que estaba colectando, i como
con buenas razones aquél se negase, se enfureció publica–
mente, prorrumpiendo en amenazas i ofreciendo dar cuenta
de todo al Rei.
8
J\1as tarde, sin _darse por vencido con esta"S
manifestaciones, pretendia el Conde que el alguacil ma–
yor del Tribunal no entrase con vara a su palacio, o ya
se avocaba cauclas en que, a juicio de aquél, aparecían de
por 1nedio intereses de sus 1ninistros, por lo cual se que–
jaba al Consejo afirmando nque eran de tal calidad las
acciones, palabras y acometimientos que el Virei ha hecho,
dicho e intentado que no buenamente se pueden refel'ir,
y sin violencia
~e
conoce de ellas el. poco o ningun afecto
que tiene a esta Inquisicion," citando en apoyo de estas
afirn1aciones lo que habia referido el jesuita Leonardo de
Peñafiel, su confesor, de que decia que apreciaba mucho
a las personas de los Inquisidores, pero que del Tribunal
llO
se le daba nada.
9
Lo cierto del caso fué que un buen dia el Conde reci–
bía una carta de su soberano, que por ser mui caracterís–
tica de la época i de quien la enviaba, trascribimos a con–
tinuacion.
11El
Bey.-Conde de Alva de Liste, primo, gentil-hombre
de mi cámara, mi Virey, gabernador y capitan general de
las provincias del Perú. Ya sabeis lo mucho que Dios nues–
tro Señor es servido
y
nuestra santa fee católica ensalz_ada
7.
Carta
de Castil1a
i
Zamora de 3 de setiembre de 1658.
'8.
Id.
de Castilla. de 3 de setiembre de 1658. Decimos que tenían
razon los Inquisidores en negarse a contribuir, por cuanto habiendo
Gaitan en años auteriores erogado cierta cantidad con
un
fin
análogo,
recibió una reprimenda del Consejo, en que se le prevenia qne «no de–
via venirse en semejantes donativos sin particular órden de S. M.
y
nuestra)), concluía.
Ya
veremos en el capítulo final los términos en
que se espresaba el Virei a propósito de estas diferencias con el Santo
Oficio.
'
9.
Carta
de 20
de julio
de 1657.