CAPÍTULO V
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predicasen, defendiendo al ánjel cuantos soldados había
i
otros que se le habían ofrecido con sus vidas. Etc.
Como el reo no solamente continuase pertinaz, sino que
se esforzaba en convencer a los jueces de las que tenia
por verdades, i los testigos comenzasen a decir que hacia
desatinos i 11cosas hechas de hombre fuera de juicio;" se
le mandó parecer en audiencia,
i
en preguntándole cóíno
se hallaba, 11dijo cantidad de palabras feas contra el San–
to Oficio i otras nefandas i cleshonestísimas, así contra él,
como contra otras personas." I por hallarse mui melancólico
se le quitó un cuchillo, con temor de que pudiera suicidar–
se, i para ver si estaba realmente loco, ocurrieron los In–
quisidores al singular arbitrio de que se le pusiese un par
de grillos, operacion que debían presenciar algunos minis–
tros del Tribunal para que informasen de las demostracio–
nes que hiciese. Llamóse despues al médico, i con su in–
forme i el de testigos, se le declaró sano i cuerdo. De ahí
a poco, solicitó Cruz que se le llevase ante los Inquisidores
i
les refirió que hablando con Dios en su alma, con1o pro–
feta admitido a grande familiaridad suya, 11Señor, ganado
me habeis por ]a n1ano," le había dicho, a
qu~
había res–
pondido 11 pues
¿no
está claro que tengo de ganar por la
mano?"
i
que estaba riéndose de esta manera de gracia,
cuando fué llevado a su cárcel, i luego aquella tarde le
habían echado unos grillos, acordándose bien que habia
andado saltando i bailando con ellos; i que despues se ha–
bía muerto, para ser ·resucitado el sábado de madrugada
ántes del domingo de adviento del año ele
1574.
Por este estilo siguió disertando largamente acerca de
la Iglesia; del Papa, del nuevo reino que había de fundar–
se en el Perú, i doctrina que su hijo estaba destinado a
enseñar.
11Prosiguiendo el dicho fray Francisco en sus confesio–
nes, entre otras muchas cosas que dize, declara que el
dicho ángel que él tiene y confiessa ángel, le incitaba
y
provocaba muchas vezes a hablar con la n1adre de aquel
niño, que él dezia que avía de ser otro Job, y en aquel
negocio,
y
que solo encomendase mas veces, y le dezia
que lo encomendase él a Dios, y que dixera algunas misas
por ello,
y
que así se aficionaba al valor
y
santidad que
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