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"LA INQUISICION DE LIMA

penitencias fué condenado a pagar dos mil pesos ensayar

dos para el Santo Oficio.

_

Pedro Miguel de Fuentes, clérigo de la Compañía de

J

esus, natural de Valencia de Aragon,

i

uno

de los prime–

ros padres que vinieron a fundar la Orden en el Perú, fué

testificado por muchas mujeres de haberles dicho en el

acto de la confesion algunas palabras regaladas

i

amorosas,

de haberles exijido que le diesen la obediencia j que no hi–

ciesen ningun acto de virtud o de otra calidad sin pedirle

previan1ente licencia para ello. Algunas de las neófitas

.se

reunian los viérnes de cada semana en casa de la.

:que

Fuentes señalaba por prelada i allí decian sus culpas i re–

cibían las penitencias que aquella les imp·@hla. Consta

tambien que el director les enviaba biUetes amorosos

uy

las besaba

y

abrazaba

y

metia la m-ano en los pechos,

y

que preguntado si esto era pecado, respondia que en los

tde la Con1pañía no era pecado, porque no tenian mala in–

-tincion,

y

que seria pecado en otras religiones, si lo hicie–

sen, porque tenían ·la intincion dañada. Dicen mas, que

les hacia el reo que hieiesen ciertos ejercieios para morti–

ficarse, y a lo que paresce, algunos de ellos públicos y

mui indiscretos, especialmente para 1nujeres, p9r no ser

conformes a la honestidad de ellas."

,

Traído a las eárceles del Santo Oficio desde Panamá,

donde a la sazon se hallaba, Fuentes confesó que los abra–

zos i caricias los daba a sus confesadas

11

por atraerlas mas

al servicio de Dios, pero que su intencion nunca había

sido solicitarlas." Sobrevinole nueva testificacion de que

constaba 11haber él propio cortado los cabellos a üna de

dichas sus discípulas y que entre ellas habia celos sobre a

cual queria mas,

y

le tenian tanto amor que lloraban

cuando iba fuera de esta ciudad, ·y que a una de dichas

sus discípulas le habia mandado tañer en un clavicordio y

cantar, ) diciendo ella que aquello no era servicio de Dios,

habia dicho el reo que cuando el confesor mandaba una

cosa a sus hijas de confesion, luego la habían de hacer."

La causa s

e vo

tó a que el reo fuese puesto a cuestion de

tormento

ad

a.rb

,itTium,

por lo que negaba i por la inten–

cjon de lo qu

e co

nfesaba, 11lo cual se hizo." · Se le leyó su

sentenci~

en

l~ s~la~

a

:prt2s~:qGia

de seis confesores de su