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LA INQUISICION DE LIMA
Juan del Campo/) el mismo que había recibido las úl–
timas confidencias de la Pizarro, para que le confesase;
i
como el primero de diciembre tornase el facultativo a dar
aviso de que el enfermo se hallaba mui malo, mandaron
~
a Campo le absolviese sacramentalmente, pronunciándose
con esto su sentencia de reconciliacion, que Toro no pu–
do ya firmar por su estado. Un mes mas tarde, el prime–
ro de enero, manifestó el .alcaide "cómo el reo·estaba muy
al cabo, y el médico dijo que se iba consumiendo y aca–
bando. Los Inquisidores acordaron que se llevase el reo
a casa de un familiar, para que allí se curase, y si Dios le
llevase, , se podria mejor enterrar; y habiendo encargado
el secreto al familiar, llamado Juan de Bilbao, fué llevado
a su casa una noche a
13
de enero. Pareció el dicho farni–
liar y dijo a los Inquisidores cómo el dicho Fr. Pedro de
Toro estaba muy al cabo, y pedia el Sanctísim9 Sacra–
mento, y los Inquisidores mandaron que se le dixese una
misa en el aposento donde estaba, y se le diese, y así se
hizo; y a dieziseis dias de dicho mes de enero de
1577,
paresce que murió el dieho Fr. Pedro de Toro,
y
los In–
quisidores mandaron que lo llevasen a enterrar a Sancto
Domingo: una noche, con mucho secreto, y que lo ente–
rrase el Prior con dos frayles, que todos jurasen de guar–
dar secreto; y así se hizo. Y desques de esto, se vió este
negocio en consulta, y fué votado a que este reo saliese
en estatua, con su hábito penitencial, en aucto público, y
allí se le leyese su sentencia,
y
fuese admitido a reconci-
1. .
f
7
· Jac1on en orma . "
Gaseo, apesar de que los jueces le reconocieron ser
buen confitente, no por eso se eseapó de que se le aplicase
un moderado tormento por la intencion. "En el tormen–
to perseveró en las dichas ·confesiones, y no dijo mas:
vuelto a ver el negocio en consulta, se votó a que el reo
~alíese
al aneto público
y
abjurase
de vehementi,
y que
esté recluso en un monasterio de su Orden que le fuese
6. Este fraile, a quien el cronista de su Orden, Córdoba Salinas
le dedica por entero el capítulo V del libro II de su
Crónica de la reli–
giosísima provincia de los Doze Apóstoles del»Pe_rú,
murió en opinion de
santo, en 1584.
7.
Relaciones
del visitador Ruiz de Prado,
fbl.
296.