CAP. XVI-ALGUNOS FRAILES SOLICITANTES
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«Y que aunque le habían reprendido había por–
fiado que estaba bien dicho.
«lten, otros cuatro testigos, varones y mayores,
que los dos están ratificados, le testifican que es–
tando en la ciudad de Mendoza del dicho reino de
Chile, había dicho que el Sumo Pontífice no tenía
poder de relajar ni perdonar ninguna culpa en los
jubileos é indulgencias que concedía, sin satisfac–
ción de la parte, y diciéndole uno de los testigos
que no se metiese en el poder del Papa, había res–
pondido que el Papa no podía mandar pecar y
después perdonarlo, sin satisfacción de parte.
«Y vista en consulta esta información, con Or–
dinario y consultores, fué votada en conformidad
á quP- pareciese y se siguiese la causa con él,
y
habiéndose presentado en siete de Abril de mil
quinientos noventa
y
ocho, fué puesto en una de
las cárceles secretas, y en la primera audiencia
que con él se tuvoJ que fué en ocho de Abril, de–
claró, con juramento, ser cristiano baptizado
y
confirmarlo, y no sabía más de un poco de latín,
mal sabido, que había estudiado en su Orden,
y
que presumía que le habíamos mandado prender
y poner en la cárcel donde estaba por unas coplas
que había cantado en alabanza de la Madre de
DiosJ por el día de Nuestra Señora de Septiembre,
estando en la dicha ciudad de la Serena, de que se
habia acusado ante el Comisario del reino de Chile,
y
que era verdad que había cantado las dichas co–
plas
y
las había compuesto,
y
que entendía que no
había en ellas yerro.
«lten , dijo que también había presumido que le