XVI
LA INQUISICIÓN
mandamiento _de hombre humano, ni aún pensa–
miento dello, sinó quelodebíandetener urdidoy tra–
mado con un clérigo que trajeron, que pretendía ser
vicario por una provisión del Obispo que tenía re–
vocada y dada la provisión á otro, porque yo
~o
qui–
se admitirle á él, sinó á un Payán, que tenía nueva
provisión; y preso, me ,;olvieron á mí y á mis hijos
y criados á Santiago del Estero, de donde habíamos
salido,
·Y
me llevaron _y metieron
tan ignominio–
samente que tengo vergüenza de decillo. Alzáronse
con Santiago del Estero y quitaron por fuerza ele
armas las varas á los que las tenían y diéronlas á
los que ellos quisieron. Robáronrne á mí y á mis
hijos y criados cuanto teníamos,.y quitaron al verda–
dero vicario y pusieron tiránicamente á otro que se
dice Julián Martínez, hombre que ya otra vez había
revuelto aquella misma tierra, y procedió contra mí
por la Inquisición, anclando con quince arcabuceros
de .casa en casa preguntando por un interrogatorio á
los testigos que me habían prendido y sido mis ene–
migos. Dieron_en el camino garrote á un español, sin
le dejar confesar. Dieron y quitaron indios, hicieron
• insultos no oídos, y trajéronme preso con grillos
hasta la cibdad de la Plata; y pudiendo en el eamino
matallos, no lo quise hacer, diciendo que iba al Rey
y al Obispo, que ellos me harían justicia y los casti–
garían conforme á sus maldades.
Y
avínome al reYés
de lo que pensaba, porque ellos se _pasearon y triun–
faron, y á mí me prendieron, y fué el consultor y
solicitador contra mí el Presidente y Haro.
Y
pen–
sando yo que aquello se acabara en una hora, me
hicieron detener cerca de tres años y gastar más
- de treinta mill pesos, y aún procuraron qu13 nadie
me prestase ni me fiase, para que me muriese, y pro-