EN CARTAGENA DE INDIAS
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piona, que por igual delito llevó la misma pena, y
Luis Rodríguez, hermano del anterior, que por
idéntica causa fué puesto á cuestión de tormento y
.á
las cinco vueltas confesó los errores de la ley de
... fois és que profesaba: fué admitido á reconoiliación
·COn hábito y cárcel perpétuos y en cien azotes, que
-debían dársele por las calles públicas.
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Un aíio más tarde, el 23 de junio de
1628
celebrá–
base en la Catedral otro auto particular ele fe, con–
-curriendo á él infinidad de gente de la que había
venido en los galeones y flQia ele aquel mes.
Salieron los doce reos siguientes:
P.iego y Domingo, negros criollos, por renegado–
res; I abel González, · viuda, vecina de Santa Fe,
·que era consultada como adivina; Beatriz de Qviedo,
mujer casada, residente en la Habana, acusada de
'usar del cubilete de vidrio y de otras supersticio–
nes; Isabel de la Mota, partera, también de aquella
.c.iuclad, acnsada de lo mismo; Ana de Mena, mula–
ta, de dicha vecü1dacl, que daba yerbas de buen
·querer; Pedro Ramos, Hernando López de Aguirre,
bígamos; Andrés de Cuevas, carpi ntero, preso por
proposiciones heréticas y blasfemias, que salió á la
vergüenza y pagó tres mil pesos para gastos del
:Santo Oficio; Isabel Hernánclez y Maria Cacheo,
;negras, que vivían en Pacoracerca de Panamá, de–
t1unciadas de hechiceras; Antón Caravalí, negro, es–
davo, de la Habana, testificado de hechicero y de que
r. Libro 748, hojas 272
y
siguientes. Relación de el auto particu–
llar de fe, etc. El portugués Luis de Alcobia, preso en la Yaguana.
~uvo
un largo proceso, que por no haberse podido ratificar los tes–
iligos
y
no presentarse el reo, fué mandado suspender.