v.
afiej<?s
y
desvirtuados. La culta Europa nos -pre•
senta términos expresivos de comparacion, que ·
á
un tiempo sirven de lecciones de historia,
y
de documentos para reglar nuestra conducta.
Pues bien:
en esa
culta Europa, nació,
á
me–
diados del siglo
XVI,
una Orden reg-ular, que
ha ·
sonado mas que ninguna otra; Orden acreedo ...
ra
á
la gratitud por algunos bienes, autora de
m.uchos
y
graves males:
muy
amada de unos,
muy detestada de otros; siempa·e al lado de los
déspotas, cuando éstos no contrariaban sus in–
tenciones;,esencialmente déspota ella misma por
instituto en la persona de su general; Orden
amenazada, desterrada por Reyes, Teptendida
por algun-os Papas, extinguida
por
aJguno
de
ellos en el último tercio del siglo
xvni,
Y.
resu–
citada por otro
á
principios del
XI-X:
con
la res–
tauracion de los tronos abatidos por la revo]u–
eion francesa.
y
esa Orden Inerecia s,er queri–
d·a
y
buscada, como Jo fué en verdad, por los
Gobiernos absolutos, pues tenia aptitudes para
~ervirles
de instrumento en la intriga, en la en–
señanza., en el retroeeso de las ideas, en toda
clase de en1presas por todos
S ll S
aspectos,
y
has–
ta por el del
Jyen;
y
ella sab-ia sacar ventaj as de
.su influjo, para
hurnillar
á
los
G obi e rnos,
so1ne–
tiéndolos
á
otro poder,
al
que
serYian
de profe–
sion
y
por votD.
Aquí
viene el pensamien t o que aguardaba–
mas_.
Despues de la
r.esta1tracion
en
Europa,
se
.deja1·on ver los padres de esa Orden,
ya
furti va f"
1nente·,
,ó
de una n1anera descubierta; solicitados
unas veces por los Obispos, aun cuando las .le–
yes proscribieran su existencia; tolerados en–
tónces
p~r
los Gobiernos, segun con \?enia
á
sus
intereses;
y
repelidos despues, haciendo méritp
de
leyes
olvidadas,
porque esos
padres
tenian
y~