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IY.

cebimos,

y

podemos esplicar

de

lo

que

pasa

en ...

tre nosotros: hagamos comparaciones, que traen

siempre alguna luz para llegar

á

la verdf\d.

No hace muchos aí'ios que la ensefianza en ... ,

tre nosotros, abrigaba mas patriotismo que abo..

ra sobre ciertas cuestiones,

á

que posteriormen–

te se les ha dado aspecto eclesiástico,

y

hasta

religioso. Tanto mas notable es el cambio, cuan–

to que parecía natural, que en tales materias se

siguiese, cuando ménos, la misma conducta que

se tuvo en los tres siglos en que la América fué

gobernada por el rey de España. Y no obstante,

¡que diferencia! los vireyes eran celosos defen-.

sores de las prerogativas de su señor; lo han sido

n1uchos Gobiernos independientes de sus prero-

gati\-as propias, pero .........una distraccion in-

esplicable dejó escribir ilnpunemente,

y

aun

premiando, en las tablas de un colegio en

1858-

"'es absurda

y

atentatoria

á

la independencia de

la

IglesiB,

la

opinion del

patronato~y

Ja del de–

reeho relativo

al

e.rcequatur-y

el denominado

re~

curso de fuerza," De antetna no fué circulado el

breve condenatorio de la "Defensa de la Auto-·

ridad de

los

Gobíernos,"

sin que

obtt

v ier~

el

correspondiente

pase,

y

en silencio

y

conniven–

cia del

Gobierno.

De esta manera, ejemplos de

cuando en cuando repetidos, y apoyados por la

imprenta de partido, van introduciendo un abu–

so intolerable contra el tenor espreso de las

le~

y

es.

El uríjen de este mal no puede estar en los

Gobiernos, naturaln1ente celosos de sus dere–

chos, aun cuando no fuese por dignidad, siquie–

ra por amor propio: de be estar en otra

parte~

en

el corazon de los que se han propuesto hacer

frente al siglo, vengarse de los daños sufridos,

1,~stablecerse,

asegurarse

por el

~so

de medios