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las cartas provinciales; y en 1658 la solucion del pro–
blema de la pole::>., problema dificil, propuesto por el P.
}¡1ersenne, que no pudieron resolver otros geónretras,
como lo hizo Pascal, para distraerse ele un dolor de
muelas." Tampoco el suceso de Neully ha quita–
do el pesar de los sinceros católicos, de que el autor
de los
pensamientos
no hubiese vivido mas tiempo, para
desenvolverlos, como deseaba, en una obra grande.
El ódio y la calumnia no hap logrado mas que dar
á
conocer lo que era
Pascal-grande.
En cuanto hemos dicho y referido hastá aquí, se pre–
senta una gran
compafíia,
inmensa, poderosa, influyen–
te, acaudalada, directora en mucha parte, en ]a mayor
parte, de la educacion, trabajadora, emprendedora, in ....
fatigable, obstinada en su propósito, contra obispos,
coutra papas, contra reyes, fuerte con sus riquezas
y
su audacia para triunfar de todo. Si tanto influjo y po..
der se hubieran empleado en beneficio ele los pueblos,
y
empleadose cristianamente, pues se trataba de unaór–
clen religiosa en la cristiandad, que como ninguna tomó
e1 .nombr~
del fundador del cristianismo--lacompa71iade
Jesus;
entQnces no habrían causado otro sentimiento
que el dulcísimo de la gratitud. Pero, ya lo han visto los
lectores, todo, todo, hasta los beneficios que dispensa·
ban, hasta la moral, relajada
ó
severa, todo lo encami–
naban los jesuitas al provecho de la órden, y principal..
mente del general,
poder absoluto
en el cumplido rigor
de la palabra. Coloso tan enorme, organizado por insti–
tuciones meditadas, robustecido por elemeptos de di–
verso nombre, y consolidado por la accion del tiem–
po,
coloso pesado, muy pesado, no rera fácil de desplo–
Inar, y se fortalecía con el trabajo:de la resistencia, pues
triunfaba. Mas hechos se necesitan, 1nas escándalos,
mas tiempo, para que
á
la luz e. parcida por escrito ...
res, que nunca faltaron, fuesen conocidos los jesuitas
como en verdad eran, y n.cabasen por fin. Prosig-amos
la tarea._.