Previous Page  107 / 118 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 107 / 118 Next Page
Page Background

-99-

durante el período colonial?

Por lo que se puede ver

con el tesbmonio citado, aquí se. gozaba de bastante

más libertad en la enseñanza que en la madre Patria,

y

eso que allí tampoco carecimos de ella, como lo ha_

demostrado hasta la saciedad el incansable D , Maree-–

lino Menéndez Pelayo. Figúraseme que

la mayor

parte de las elegías que se entonan á

la opresión del

pensamiento en aquella época tienen el mismo valor

que los cantos del año treinta ante una tumha y una

cruz donde reposaba una pálida

y

ojerosa damisela

malferida de amores imposibles.

¿Y quién que haya saludado siquiera un .manual

de filosofía escolásti ca le asigna por criterios los que

arriba he citado?

1

1

ingún escolástico genuino ha afir–

mado jamás que el supre1no criterio de verdad sea la

divina revelación, puesto que aún en las mi smas cosas

de la fe distinguen perfectamente el contenido de la

revelación de los criterios, tanto internos como exter....

nos, que nos impulsan y obligan á asentir á ella. Estos

criterios

ó

motivos de credibilidad caen perfectamente

bajo el dominio de la razón,

y,

por lo tanto, se fundan

en el criterio de evidencia, que es e] supremo cri t erio

de verdad.

Tampoco he visto que ningún escolástico afirme

que la curiosidad humana deba satisfacerse con la

re~

velación divina, porque la misma Sagrada Escritura

dice que Dios entregó el mundo á las disputas de los

hombres,

y

en él pueden libre1nente investigar

é

in–

quirir como en un gran libro abierto para todas las

inteligencias, como lo han hecho todos los grandes

sabios que han creído en Dios

y

en la revelación so–

brenatural desde Salomón hasta Newton} Pasteur,

Lapparant, etc. La cuestión es saber leerlo é inter–

pretarlo.

Que la razón deba contentarse con los argumen–

tos que están contenidos en la divina revelación, no es

carácter ni doctrina del escolasticismo. La razón hu–

mana puede caminar tranquilamente por los anchos