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POR MANUELM. SALAZAR.
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poderosa co'n :(recuentes milagros,á la subli–
midad de su doctrina, que muchas veces
convirtió
á
sus
enemigos en sus más ar–
dientes partidarios,
y
á
las virtudes de
sus
hijos, que con .su sangre atestiguaron la
verdad, ó la defendieron refutando las ca–
lumnias
y
argumentos
de
los sabios del
pagani8mo.
Principales
apologista.s.-Llámanse apo–
logistas
á
los cristianos ilustres que duran–
te los tres primeros siglos de la Iglesia la
defendieron con su sabidu,ría
y
escritos de
las calumnias
y
ataques de lo·s paganos
y
de los err:ores de los herejes. Lo8 apolo- ·
gistas más otables son: e11 el siglo segun–
do, S.
J
usti
©
~~ciano,
Atenágoras
y
S.
Clemente Aleja l'ino;
y
en el
~iglo
terce–
ro, Minucio-Félíx, Tertuliano, Orígenes,
Arnobio
y
actancto.
Jl-'a apología más .antigua que se he con–
servado es debida á S.
J
ustino, :filósofo pa.
gano. que lleno de admiración
y
entusias–
mo por el berpismo de los martires,
y
con–
ve:Ó.cido de la falsedad del paganismo,
abrazó la religión cristiana;
y
después de
, haberla defendido en la gran apología que
dirigió
á
Antonino el Piadoso
y
en la pe.
queña presentada
á
Marco-Aurelio selló
con su sangre su fé en Jesucristo. Tacia–
ho su disc1pulo defendió la antigüedad
y
excelencia de la religión cristiana
y
puso
de manifiesto los vicios del paganismo.
Atenágoras, filósofo
atenieuse,
escribió una