POR MaN U l!iL
M.
SAL.A~.lR.
27
millon cieu mil
judío~ m~rieron
durante el
sitio, cien mil
fueroH
vendidos como escla–
vos,
y
fué tan grande
el
l>otiu,
qu<; el
valor
del
<>ro l>a;jó
por
mitad en
Siria.
Así
sé
cumplie1·ou las palabras del
Salva<lur
el
año
70
de la era vulgar.
i'iu de
la-Nació
u
J
mlfa-.-s·esenta
y
<'inco
años después ue la raina <le
J
ernsalem, en
tiempo del Emperador 4driar10, los judíos
que habían quedado en Palestina se
~mble
varon;
y
á
la~
órdenos de Barcoquel>as,
hi–
jo de la estrella,
que se anunció como el
Mesías, recorrienm
el
país cometiendo la•s
mayores crueldades: degollaron como me–
<lio millon de hombres eu Oire-ne
1
Chipre
y
Egipto
y
asta; bebieron la sangre de sus
vfotimas. Bien pronto fné mandado-
á
Pa–
lestina un,.. ejercito romano; y después de
varios combates, los judífi>S fl!leron exter–
minados en número de más de medio mi–
llon; los que_ sobrevivieron fueron vendi–
dos
y
esparcidos por toda la tierra.
U
na
nueva ciudad, llamada Elía Capitolina, Me
levautó en el sitió de la antigua Jerusalem;
y
este nombre quedó tan olvidado, que eu
tiempo de Dioclesiano un gobernador de
,Palestina ignoraba. el lugar don<le había
existido tal ciudad. Así concluyó esta in–
feliz nacióD;, sus hijos
~in
patria,
extran.je–
ros en todas las naciones,
y
esclavos en su
propio país, subsisten y subsistiráu hasta
_el fin del mutldo, siendo un
testimoni~
vi-