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POR
MANU.ELM.
SA~A.ZA.R.
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el lY.[ayor, fué puesto en la cárcel; pero la
víspera del día señalado para su suplicio
un ángel quitó á Pedro las cadenas
y
lo
puso en
libertad.
Después de haber funda–
do
y
visitado algunas íglesias en Oriente, -
Pedro
llegó
á
Antioquía
en dO'nde se
sus–
citó la disputa sobre
las ceremonias
ó
ritos
mosáícos:
pretend·ían algµnos .judíos con–
ve:rfidos
qu~
los gentiles
qa~
se hacían
cristianos debían circ'unsidarse y cumplir
la ley
de
Moisée;;
P~blo
y Bernabé soste–
nían, por
el
contrario, que la ley
y
cerettio–
nias antiguas habían sido derogadas por
Jesucristo, y que
por
lo tanto no eran obli–
gatorias~
Para resolver
est~
cuestión se
reunió el pr·
e¡r
Concilio de J'.erusalem que
fué pvesidido por San
PedD(i);
Y'
des•pués de
una madur , ellberacióo se res©lvió qi1e
las ceremonias mosá.iea:s hm.bían sido a'bo–
lidas. Esta decisión, tomada.
á
nombte de
todos, fué ce11siderada no como un juieio
humano, sino como
un
orácuM;
y
se com'n–
nicó
á
toclas las
f~lesi~s
cori estas pala–
brais:-"Ha parecido al Espfritli Santo y
á
nosotros," fórmula que ha se-rvido de nor–
ma
á ·
1os clemás Concilios. Después
del
ConcHio de J erusalem San :Pedro se resti–
tuyó á 'Roma desde donde cuidó
y
gobernó
toda la Iglesia. Poco se sabe de sus últi–
mos años; murió en esta
ciudácl
el 29 de
,Junio del año -sesenta
y
seis dúrante
Ja
persecución de Nerón.
Hed1os
de
los
den1ás
ap(isto1e~.-PocQ
sa- ,