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HlSTO&lA
Ji~CLESIAS'rlCA
G
d.illa
y
Simon Rodríguez,
y
todús juraron
sobre nnai hostia consagC'ada guardar ade–
más de los tres votos m<:>ná8ticos, el de
obedecer
~l
Papa en la misión
á
que los
<.lestinase. Ignacio, Lefebre
y
Laines se
dirígierQn á Roma
á,
pedir la aprobación
de la
Ordet1,
y
Pauto
III la
confiFmó en
1540 con. el n 'ornbre de
Religiosos
de la
Oom–
pañía de
J
es<Ú'S,
siendo Sain Ignacio su pit'i–
mer general.
Constituc•ún de
la
tot:nJlttñf;1.-La
regla
primitiva de la Compañía de Jesús fué
sen–
cilla, dev0ta é inocente; pues
~an
Ignacio,
d'o1niuado por su piadoso entusiasmo, sólo
· se ocupó de la instrucción de los niños,eJer–
Gicios e
w·
:µ.ale$
y
d,e la
p~oiteJllcia.
Pos–
teriorm ,
a r gla
fllé
reformada y com–
pletada gor aimes. egund(j) Genera.!,
y
por
el cua.r
tulio
Acllaviva, qne, dotados
de una gran inteligencia
y
de un profundo
conocimiento dek corazon humano,. supie–
ron dar
á
la Orden tal organización
é
im–
pulso, que bien pronto la C0mpaiñía fué un
gran poder social. El fin principal
ue
la
Compa:ID.íiaes propender
á
la mayor
gl<~ria
de
Di0s,
Aa
nwj1orem
glo<ria>'m
Dei,
y
para
eonsegui1' este objeto, los
J
eso itas deben
dedicarse á
la predicaeióu, penitencia,
mi–
siones·, oración
y
sobre t">do
á
la
i
nstruc–
ci,ón
de la 'juventud.
El que ingresa en
la
Compañía de Jesús debe roAnper todos los
vínculos sociales: mirar en la congr@gación
su
patria, en los superiores sas herma,nos;