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HlSTORlA ECLESIASTICA
Sglo ha de
hacer
d~
ellos.
E~traer,
copiar
y
an
., X VII. tar en las
colecciones· inn1ensas lo
que
·pen
sárot1
los. .antiguos,
y
lo
que
dixéron,
estt
o
,
.. es ma'l fácil que
pensar,
y ·
decir
ta1nbie1
c.om9
ellos, ·
.si g~iendo
su
propia
inclinadoJl
Un
oficial
puede
tallar(
bien la,
pieliras qu
· ~ntf{lfi
e11
la
composicion
de
un · soberbio
ealt
ficio,
pu~de · tan1b~en
co'locarJas por
é\
6rdet
con
qn<t .
d.eben
esrar, para
chocar
á
la
vista:
.y ·
ca usar .adn1iracion ; pero
s~n
el
arquitectc
·hábil
que
le
d~rige,
obraria
por
acaso, ;
no produciria mas
que,· una .
masa
informe
y
·grosera.
El
artista,
·animado·de
su inclinaci
.nl
y
conducido por el
gusto,
es la
inteligencia
que
lo
di Fige
todo:
ella sola
conoce,
ella
so·
la ha trazad9 el
~onjunto
de
la
obra ,
y
e:
ajuste
de
las partes
que
Ia
·componen.
Tal
€ra
el
estado
de
la .literatura
en
ll
primeros· añ'os del
siglo
XVI~.
Pero
baxo el
ministerio del
irimortal Richelieu, comenzd
,á
ponerse
por ohra
1~
feliz
revolucion
que
st
iba preparando, mucho tiempo había
en
Fran·
c}a
y
en
tC?da
la
Europa.
'La
influenc
ia titeste podero:;o_ tale'nto
debia allanarlo
to.do.1
o
y
óbrar
en
.todas
parte~
; pero mas
particu·
!~mente
en·
las
sometid .1.s
inmediatamente :
su a.ctividad. No Ié
consideramos aquí
camt
po-lítico, moviendo
á
su
voluntad todas la
N
Jciones ,
mudando
y
modificando sus
in·
te reses
>
.
segun
sus 1niras ,
y
b.aciénc;l~las
e
11
1
,ur·