GENE
ItA~
~77
.
.
'
pe~
vtvteron ,
y
en
la disposicion en que
Sigla
se hallaban
lo~
ánimos
CJUando uno
y
otro XV!L
comenzaron
á
reynar. El Occiqente estaba
sepultado
en
las
tinieblas
de
la ignorancia
y
de
la
barbarie
qu3ndo
Cárlos se puso
á
tr,1er
á
él
todél<s _las ciencias
por
establecí-
miemos,
cuyo
plan
habia formado él
s~la·
1
•
d
r
'
mente ; a
contrano , quan o Luis tomo
las
riendas .
del estado
en Francia ya ha–
bía
mas
de siglo
y
medio
que toda la Eu·
ropa
estudiaba las excelentes producciones
de los
antiguos,
y
ya
Richelieu había
es–
tablecido
en
nombre
de su amo un
·tribu·
nal
de literatura , de donde saliéron bien
pronto
oráculos
y
modeles ~
de
gusto ,
lo~
quales
á
pesar de
las preocupaciones nacio–
nales
llegáron
á
ser
la
regla de todos los,
pueblos i1
usrrados.
Hasta aquí hemos
delin~ado
rápida1nen•
te 1a .
historia de las ciencias
y
de las
le–
tras en este siglo ,
solo para considerarlas
desp.ues
con
rel.aciün
al
estudio
y
á
la de...
fensa
de la
Relicrion.
Este
es
el
objeto
prin–
cipal de este
artku.lo, como lo anuncia el
título .,
y
va
m
o~ ácumplir
éÍ
este fin
lo que,
se
debe esperar
de
nosotros.
Dec;pue~
del renacimiento de las
letr~s
en
Occidente
la
emulacion
que se
habta
encendid'o entre h s
sabios
de todas las Co-.
munidades
Chri<stianas
las
excitaba
á
b_eber
s
3
con