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HISTORIA ECLESIASTICA.
Sialo
dad una morada surhamente peligrosa
para
. ~
1
XVIL las costumbres. Viosc San Francisco
de
Sa
les
con1barido allí
en
las
suy~s
de
todas ma
neras con exen1.plos contagiosos , con lazos
armados
y
con acciones atrevidas;
pero
con
la
vi 6ilancia de sí mismo , con
la
firmeza
contra las chanzonetas , con las
in5inuaciones
de sus
condi ~ cípulos
,
y
su aplicadon
á
la
orae ion , en que hallaba
ro~
a -su
fuerza,
re...
'
~istió
á
todo
lo que
los jóvenes
libertinos
pue.den
imaginar , ' para
sed
ueir
6
intimidar
]a inocencia que Jos ofende ,
y
es
la · con–
denacion
d e
sus desarreglos.
Despues
que
reci bió
el
bonete de Doctor
viajó
por las
Ciudades
n1as
célebres
de
Italia;
así
para
1
visitar los lugares de devocion, como
para ·
formarse
mas
y
mas
con
la
sociedad
de
los ·
sabios. De vuelta
á
su patria exerció
algun
tiempo
la profesi o n de
A
bogado en
Cham..
herí ,
y
á
.pocos
años despues
proveyó
en
él .
un
cargo de Senador Filiberto
Manuel,
Du-- ·
que de Sabaya , uno
de
Jos
mas
ilustres ·
Prínc~pes
de
una
casa
ran
fecunda
en
hom- .
bres gra'nd_es, cuya
eleccion
fué aplaudida ·
generalmente. En efecto,
era
hacer_.
un
pre·
sente
1
á · Ia
Saboya
el pbner
en
el
número
de .
sus
primeros
Magistrados
á
un
hombre
que
juntaba
el
amor
n1as
puro de su
obliga–
cien
á
un
conocimiento de ]as
leyes,
que
se habia
de
extender
todavía
y
perfeccio-
~
n~r
(