GENERAL.
2
I I
1
•
1
,
d
1
1enen
entre
st
~·
y
porque separan
o
os
nos
veriamos
expuestos ,
Ó
á
orni
tir muchas cosas
importantes
en
]a
noticia
de
personas
de
uno
y
otro sexo'
á
quienes hiciéron célebres
sus
virtudes ,
ó
bien
á
caer
en repeticiones
y
largas
dilaciones
desagrada
bies
y
pesadas:
dos
faltas
que se
nos censurarían
justamen...
te,
y
debemos
evitar
con
igu~l
cuidado ,
en
todas
lac;
partes
de esta
obra.
Se
han
visto
en
el si-glo XVII
muchos
bispos
que por
su
zelo , su
caridad , sus
trabajos,
y
su vida
edificante ,
tra-ian
·á
1a.
emorH1.
los
~iempos
dichosos
en que la
t;
lttudes Apostólica·s e¡an
tan
con1unes
en la.
le
ia.
U
no
de
los m
1
s
i
1us tres e's sin
con–
r
diccion
S-an
Franci~co
de
Sales,
Obispo
y
Príncipe de Ginebra. Lo mismo es
nC'm–
brar
á
este Santo
Prebdo , que
despertar
en
el
alma
]a idea
de
todas
la<;
virtudes,
que
ueden
hacer
á
u.nodigno
del puesto
e1ni·
nen-
uyos
errores, aunque iniquos
y
opuestos
á
la.
isma natu
raleza racional se
extend ~ éron
, Y
o
faltáron hombres perversos
y
abominables
ue los
abrazasen.
Isaac
Pereyra,
natural de Burdeos,
fué
au–
or de la
her gía de los
PreadafT'1tas.
en que
retende
prob~r
dos
creaciones
de
h0mbre ;
pe–
ro no tuvo mucho séquito ,
y
el mi smo Perey–
abjuro su! errores
en 16\7 ,
echándose
á
del Pontífit.:e Alex1ndro VII.
Oz
Siglo
XVII.