G~NERAL.
~
I
1
nar eon
el
exercicio
y
la
experiencia.
Siglo
-
Pero Dios
tenia
otros
de.signios con
XVII.
San
Francisco
de
Sales ,
y
él
mi smo puso
despues
de algun tiempo
sus miras
en ,
una.
carre-ra
totalmente diferente de
Ja
que
su '
Príncipe
le abria. -Y así declaró
á
sus pa-–
dres ,
que renuncia
~a
todas ]as
esperanzas
·
del siglo por
consagra.rse al servicio de
Dios
y
de
la Religion en el estado
Eclesiástico.
Despues de
las
pruebas ordinarias
fué ele-–
vado
al Sacerdocio,
y
aunque era
ya
_muy
virtuoso ,
operó
la
gracia de la
ordenacit:>n
en su
aln1a
y
corazon
un~
n1udanza ,
de que
se
aso1nbráron los rnénos perspicaces, porque
se dex6
ver como otro hombre enteramen-
te
uuevo.
'Su
desinteres se transformó en
una
caridad sin lím'i
tes '
y
su deseo ele t'ra
bajar
en
la salvacion
de
las almas eo un zelo
~r
clicote
que nada
vei~
, por penoso
y
arries–
gado
que
fuese, que no
pudiese empren–
der.
Era Preboste
de
la Catedral
de
Annecí
'
.
quando
el Duque de S'aboya se puso_en pose-
sion de Chablais , que era una ' Provincia toda
Calvinista:
él.
Principe
busc6 Eclesiásticos
ze–
losos
y
prudentes ,
qu~
se .
encargasen
de ins•
truir
á
los moradores de
este
paÍs ,
y
de
volverlos
á,
la P'-eligion Cat6lica. Aunque
la
e1npresa
éra en extremo dificil por los obs-.
tá
ulos
q'ue
presentaba de
todas
especies,
Francisco
de
Sales
se
ofreci6
á
es--ta.
n1bion,
~ O
4
sin