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HISTORIA ECLESlASTICA
Siglo
tiene derecho de exigir
unl
creencia interior,
XVII.
que
á
e~te
respecto
se
satisface
á
lo
que
le
es debido, redudéndose al
silencio
sin ata- ·
car
su
decision ni
contradecirla,
N.o referi–
rémos
todas las razones que se
han
acumu–
lado;
para
refutar
esta
distincion
se ha demos..
trado
con
_evidencia
quánto
pueden demos·
trJrse
estas
m~tcrias;
que r;l adtnitir
~ste
principio seria
trastornar todas las
senten'l"
cías
dogmátic1s pronunciadas
por
los
Conci–
lios
y
por los Papas
desde
los primeros
er–
rores
que se
h~Hl
suscitado
en _el mundo chris""
tiano , porque todos los errores
anatemati~
zados por la
Iglesia
tuvi~ron
hechos de
la
JTli sma naturaleza que la del que
se
trataba
en la contestacion
presente.
Aun
se
adelan–
tiron
mas,
y
probáron que si
las
decisiones
de la Iglesia que
caen sobre
he~hos
s.erne·
jantes, que es
decir,
sobre hechos insepara....
blen1enre
unidos con el
dogma ,
y
envueltos
con
él
en un mismo juicio no
son infalibles,
podria
errar iguJlmente aprobando la
doc–
trina
de
los.
Escri
rores
ortodoxos , por exem..
plo de San
Agustín ,
iguaJn1ente
que
conde""
flan
do
]a
de
los Autorcs
heréticos, por
exem–
plo la de Wiclef, de Lutero &c.;
y
de
ahí
s~
seguiría
que todo
seria
incierto en
la Re–
ligion: que nunca
se
acabJrian las contro- .
versias, ni
se
haJiaria
medio de terminarlas;
y
que
la
fe no
quedaria
mas segura,
des-
pues