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HISTORIA F.CLESIASTICA
Si~lo
Ninguna cosa
semejant~
se vió en
nin
u
:::')
XV
11. de sus escritos,
ni
aun en el que se
intilul
de
la
distincion
d el
sentidtJ
de
las
cint
proposiciones,
que presentáron
á
Innocenci
despues
de
haber hablado en su pres
·
muchas horas seguidas en
la
Úl
ti1na
j
u
nra.
contrario , en todo se vió que conKsaban
1
s
cinco proposiciones en el sentido propio
y
natural de
los términos .,
y
reconocían e
ellas la doctrina del Obispo
de
Ipres
p
r
doctrina establecida
y
probada en la obra
q
e
él
habia publicado
y
bebido en
Jas
de
Sa
Agusrin. Esta
era
la relacion baxo la
qual
la
presentaban en sus explicaciones
y
apolo–
gías , baxo
la
qu.1l la defendían con
eJ zc•
lo que inspiraba
el
amor
de la
verdad,
y
ba•
:xo la que se esforzaban
á
detener
los
golpe
qne habian emprendido darle; sobre
lo
qual
he aquí la reflexíon que se
ha
hecho co
el
tiempo ,
y
se ha repetido muchas veces
des•
pues. Un soberJno Pontífice , n1uchos
Car–
denales
y
un número considerJble
de
Teó~
lo~os
capaces , todos
los
guales no
tenían
otro Ín[eres en este negocio que el de la ver–
dad , habiendo exanliiJado con
cuidado
las
cinco
proposicione~
,
el
libro del Obispo
de
Ipres ,
y
los ese ritos justifica
ti
vos
de
sus de–
fen<;
res
á
su \'isra. ¿Se puede suponer que
n h.1yan tomado bien el sentido de este Au–
tor que
escn
10
con
m~codo
y
claridad, gue
'
l