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HISTORIA ECLESIASTICA
Siglo nido
siempre en
.Ja Iglesia las
verqades
per–
~VII.
tenecientes al depósito de
la fe, esto es,
la antigüedad ,
la uniformidad , el
con~en
...
.cimiento unánime de todos los tiempos
y
de
todos los lugares que son las infalibles
y
ne–
ce~arias
de la tradicion apostólica. Lo
terce~
ro,
que siempre que se
han
levantado
nu~vos
Doctores en la Iglesia se
juzg6
de su fe
por
la conformidad
Ú
oposicion de sus opinio·
nes
y
de su lenguage , con el Ien.guage
y
opiniones de
la
antigüedad: lo quarto
y
úl–
timo , que en materia de
religion
~1
anun–
ciar la doctrina que se propone como un
descubrin1iento nuevo ,
y
.un nuevo conoci–
miento que no tenian los
tiempos anterio·
res , un secreto desconocido
á
todos los
qu~
habian
estudiado, predicado
y
enseñado en
tantos siglos ,
y
que
solo
pudo penetrar
y
conseguir con sus esfuerzos un
ingenio fa•
vorecido del Cielo; era condenarse
á
~í
mismo.
Los contrarios
á
la doctrina establecida
en el
Agustlno
del
Obispo de Ipres, no
s~
atuviéron
á
estas observaciones prelin1inares:
escribiéron contra ella , hiciéron .extractos mas
6
ménos
largos de la
obra, combatiéroll
los
principios ,
y
pretendiéron hallar en ellos
errores ya
condenado~
por
anarema
de
1l
San•
ta
Sede.
Urbano
VIII.
~ue
entónces Ja ocu•
paba, viendo Jas turbaciones que estas nue·
vas contestaciones excitaban
entre
los
Te6-
lo-