¡...
GENERAt.
33
-son el ·
objeto
de
su
obra;
y
que
el
mismo
Sig lo
San
Agustin
at~rastrado
por
su
autoridad
ha-
XV
ii.
bia
tenido
largo
tiempo
falsos principios so-
bre ' estas materias cubiertas entónces
con un
·velo denso ,
y
que
no se
deseng?.nÓ,
ilus–
tró, ni se
puso
capaz de
in~truir
á
su siglo
ni
á
los
venideros , sino
por una
revelacion
expres·a:
2
a
que
hacia
quinientos años
que
h:1 ..
bian caido estas mismas verdades en
la
ob s–
curidad
y
en el olvido :
que
todos los
P.l s–
tores, todos
los
Teólogos
de su
tiempo ba–
bian ' perdido sus caminos, por lo qual
el fin
·qLle
-se babia
propuesto
era sacarlos
de
las
profundas tinieblas, volverlos
á
poner en su
honor,
y
restablecer
su
conocirniento
en
la
Iglesia:
que
no
las babia aprendido de
nin–
gun Doctor
moderno , de ningun Obi spo
contemporáneo supuesto
que todos
estaban en
igual ignorancia en
este particular, sin<;> del
mismo
San Agustín , habiéndolas bebido
en
los escritos de este excelente Maestro ,
n1a•
nantial
único donde se habian conservldo sin
alteracion. Los Te61ogos que se
levantáron
contra
la
doctrina
del Obispo
de Iprcs ePJ
S\l
tiempo
y
en el nuestro ,
concluyéron
de
esta confesion: lo primero,
que
esta doctrina
á·
lo
ménos debía ser
muy
sospechosa,
po r–
que ni era la antigua , ni la de l::t
Iglesia
entónces existente:
y
lo
segundo,
que no re-,
nia
las
señales
por
donde se
hab.ian
discer-
Tom.
XI.
C
ni-
,
~